El criterio judicial es claro. Casarse con un disfraz que oculta la identidad de una persona no está permitido. El motivo principal son razones de seguridad, aunque también por las caractarísticas del propio acto solemne que supone un enlace. Fuentes judiciales se explicaron este lunes así la situación generada en torno a la boda de Berto y María, que estaba prevista para el viernes y que no se llevó a cabo. Él iba ataviado de Jack Sparrow y ella con el traje tradicional gallego. En el caso de la mujer no había ningún problema con el vestido que llevaba, pero en el de él, agregan las fuentes, se le requirió para que se quitase el sombrero, la peluca y también el maquillaje, para acreditar su identidad. Al no acceder, no se permitió la boda. “No se hizo ninguna excepción con él”, explicaron. Recientamente, unos jóvenes se pudieron casar disfrazados de Cazafantasmas porque se despojaron de los complementos y se quedaron con los monos blancos.

Berto buscará una nueva fecha para casarse en los juzgados. “Voy a venir de nuevo disfrazado porque ninguna ley me lo impide”, dijo. Presentó además una denuncia en el Juzgado de Instrucción 8 de Vigo, en funciones de guardia.