“Mentía muchísimo. Es agresivo, impulsivo, manipulador, muy celoso”, señaló ayer al jurado del juicio a César Román —conocido como el rey del cachopo—, su exmujer y madre de su hija, que relató que le tiró una bombona encima y a su sobrina la arrojó de un taxi en marcha, por lo que aún le tiene miedo. Una agresividad a la que también aludió otra expareja.

Además ayer también declaró el taxista que trasladó a Román el 5 de agosto de 2018 desde su casa hasta cerca de la nave donde se halló el cuerpo de Heidi Paz unos días después, e incidió, como ya hizo en la instrucción, en que llevaba una maleta que “pesaba una barbaridad” y que era “parecida” a la que le mostraron ayer, en la que supuestamente transportaba el cadáver.

La Sección 26 de la Audiencia Provincial de Madrid celebró ayer la cuarta sesión del juicio a Román, para el que la Fiscalía pide 15 años y cinco meses de cárcel por homicidio y profanación de cadáver.

Al inicio de la sesión, Román tomó la palabra para pedir disculpas por su actitud en la sesión del miércoles, cuando declaró la madre de Heidi Paz, y aseguró que gesticuló e hizo gestos de “indignación”, pero subrayó que no era su intención “en absoluto faltar al respeto” a la mujer, que lloró recordando lo que le ocurrió a su hija.

En la jornada de ayer, la exmujer de Román, Natividad Rodríguez, que estuvo con él 14 años y juntos tienen una hija, le ha descrito a veces entre lágrimas pero sin dudar: “Mentía muchísimo, en todo. Es agresivo, impulsivo, manipulador, muy celoso”. Declaró protegida por un biombo porque no quiere ver a Román, sobre el que asegura que sigue vigente una orden de alejamiento por la denuncia que acabó interponiendo contra él en 2017, tras la que le volvió a denunciar en cuatro veces por incumplir ese alejamiento.

Natividad relató dos agresiones de Román: una a ella en Málaga, porque no quería que ella se echase la siesta con su hija mayor; le tiró una bombona de butano y rompió el espejo retrovisor del coche; y otra a un sobrina suya, a la que “tiró de un taxi en marcha” cuando la joven quería impedir que ella se fuera en ese momento con César.

Otra de sus exparejas Sara, precisó que era “controlador” y “agresivo” y que está segura de que mató a tres de sus perros, aunque él decía que les había pasado otra cosa. Reconoce que se fue a vivir a 200 km de Madrid “por miedo”.