Si se le pregunta a cualquier persona cuál es la clave para sacarse una oposición y lograr un empleo público seguro que lo tienen claro y respondería que “estudiar”. Y es cierto, la preparación de los temarios para los exámenes ocupa una buena parte de ese camino para lograr una plaza de funcionario, pero no lo es todo, especialmente ante los cambios que se avecinan y que reducirían la importancia de la memorización de extensos temarios.

La gestión del tiempo, la preparación psicológica para afrontar largos periodos de estudio o el descanso y el ocio son también fundamentales en el proceso.

Quien mejor sabe todo lo que envuelve este tránsito son, por un lado, los propios opositores, especialmente aquellos que ya se han enfrentado a las pruebas, y los preparadores y academias que trabajan día a día con ellos en el camino hacia un futuro empleo fijo. Por eso, en esta ocasión, toman la voz, cuentan su experiencia y dan algunos consejos para preparar oposiciones.

 El estudio como trabajo

 Cuando una persona decide preparar unas oposiciones convierte el estudio en su trabajo, algo que desde fuera no siempre se comprende. Eva Cid aprobó en 2019 las pruebas para profesor de Primaria. “En mi caso, fue muy fácil interiorizar que mi trabajo a lo largo de dos años era estudiar y preparar una oposición, ya que era el objetivo que me había planteado y que quería en ese momento”, explica. Además “conté con el apoyo de las personas que me quería, de mi preparador Rubén y de toda la Academia Proxecto”, un centro con 16 años de experiencia en el mundo de las oposiciones, especializados, entre otros, en el cuerpo de Maestros en todas sus especialidades y que ayuda a más de 200 alumnos cada año entre sus centros de Ourense y Vigo. Pero como bien apunta Eva, esta disponibilidad depende de la situación particular de cada persona.

En esto mismo coincide otro preparador, Manuel Martínez, profesor en un colegio y que también tutoriza a otros opositores desde 2016. “Poder dedicarse completamente a la oposición es la situación ideal pero también la menos frecuente, además de situaciones personales, muchos trabajan, afrontan cambios de centro constantes por su situación y deben priorizar ese trabajo al estudio, con el estrés y la frustración que conlleva. Preparar oposiciones por ejemplo para Educación -que son las que conoce de cerca- es una carrera muy dura”.

Gestión del tiempo

Con este planteamiento, ¿cómo encajar las piezas de este complicado puzzle? "Tal y como decía mi preparador de Proxecto, Rubén F. primero tenemos que entender que una oposición es una carrera a conseguir en dos años y que si se consigue en uno pues mucho mejor. Una vez que tenemos eso claro, las claves para organizar el tiempo dependen de las horas diarias que cada opositor pueda dedicarle”, cuenta Eva. "En mi caso, fue primordial tener un plan de estudio semanal en el que organizaba el día en tres partes”. Para trazar esa hoja de ruta en cuanto a tiempo, Manuel propone “marcar bien los plazos, adaptándose a las necesidades individuales y lograr que el tiempo de preparación sea rentable”

 Mantener el tono anímico: estrés, frustración y agotamiento

Es inevitable sufrir bajones en un proceso que suele ser largo “y al que en ocasiones se le suma el retraso en las convocatorias”, subraya Manuel. Él trabaja con los opositores desde la empatía “marcando pequeños logros, la suma de pequeños hitos nos llevará hasta la gran meta final”, una recomendación que también aplicó Eva en su proceso: “Me ayudó mucho tener una agenda en la que cada día, al terminar la jornada de estudio, iba apuntando lo que había conseguido hacer”. Después de suspender en la primera convocatoria a la que se presentó se hizo además con un “tesoro” que la acompañó a la hora de retomar el estudio. “El libro ‘La buena suerte. Claves de la prosperidad’ de Álex Rovira Celma y Fernando Trías de Bes me ayudó mucho a lidiar con mis inseguridades y frustración. Recuerdo que cuando me sentía agobiada y estresada quitaba un par de horas de estudio y se lo dedicaba a la lectura de este libro dado que después de leerlo me sentía con más ilusión y ganas de volver a estudiar.

Hacer tribu

 Encontrar un grupo que está pasando o ha pasado por lo mismo reconforta ante cualquier reto, también cuando se están preparando oposiciones. Hacer tribu con preparadores, academia u otros alumnos supone un apoyo importante. “Para mí, el apoyo de mi preparador, Rubén y del centro de formación, fueron un pilar muy importante, siempre estaba al otro lado del correo electrónico o del teléfono móvil, fuese la hora que fuese, aconsejándome, entendiéndome y sobre todo apoyándome”, del mismo modo que hace Manuel y que acreditan sus alumnos, como Kike Robles Moreira, que destaca su empatía, implicación y trato individualizado, adaptándose a las necesidades de cada persona.

En cuanto al resto de opositores “aunque ‘somos rivales’ siempre te encuentras con alguna persona dispuesta a ayudarte como fue el caso de mi compañero y amigo Francisco Javier Giménez, que siempre estuvo ahí”, recuerda Eva.

Descanso

 “Si la preparación de las oposiciones se combina con el trabajo, los días en los que todo el mundo descansa es cuando los opositores más aprietan en el estudio”, expone Manuel. Con todo, un día a la semana o al menos media jornada libre se vuelven imprescindible. “Para mí fue importante tener un tiempo reservado para recargar las pilas y así poder despejar un poco la cabeza de tanto temario y legislación” suscribe Eva.

¿Sprint final?

Las últimas sesiones antes de los exámenes de las oposiciones pueden ser decisivas, pero no necesariamente por lo que se termine de aprender o memorizar.

Cuando Eva afrontó las jornadas previas a las pruebas reconoce que estaba “más nerviosa” de lo que venía estando y que sentía que “la cabeza no está preparada para memorizar datos nuevos, es como si nuestro disco duro estuviese saturado” así que las dedicó esos días a repasar ciertos datos.

“Es momento de hacer autoevaluación, rebajar la tensión, resolver dudas e interiorizar que el trabajo que se ha podido hacer está hecho”, aconseja Manuel desde su posición de preparador.

Al examen, con mentalidad positiva

El miedo es una emoción más que lógica ante un momento decisivo como son unas oposiciones. Como todos estos sentimientos, son irracionales y muy difíciles de controlar. Además “la sombra de tener que volver a empezar de cero pese al esfuerzo es alargada”. Por eso Manuel trata de que cada uno de sus alumnos "ponga el foco en lo positivo".

“Si otros lo consiguen yo también puedo”, “La plaza es mía” y “Si fuera fácil lo haría todo mundo” fueron los mantras que se repitió Eva antes de los exámenes que finalmente aprobó. Porque la recompensa llega y merece la pena.

Eva lo saboreó paso a paso: “Cada vez que pasaba una prueba era como un rayito de esperanza ya que parecía que mi sueño se hacía realidad y así hasta que salió la ansiada nota y mi merecida plaza. A partir de ese momento y como bien dijo, Rubén, mi preparador: ‘La oposición no es el último reto de tu vida, aunque cualquier otro que afrontes será mucho más fácil porque ya sabes de lo que eres capaz.’"