Un vehículo submarino no tripulado, con una capacidad de inmersión de 2.000 metros, buscará en el fondo marino de Tenerife a partir del lunes a las niñas Anna y Olivia, desaparecidas junto a su padre, Tomás Gimeno, desde el pasado 27 de abril. La información fue confirmada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo al que pertenece el Instituto Español de Oceanografía (IEO), titular de este artilugio llamado Liropus 2020.

Los responsables de esta operación declinaron hacer comentarios sobre cómo van a enfocar la búsqueda. “No van a decir nada mientras siga abierta la investigación”, declararon desde el CSIC. La búsqueda, no obstante, comenzará en la zona marítima en la que se registró por última vez la señal del teléfono móvil de Tomás Gimeno aquella madrugada en la que desapareció junto a sus pequeñas, Anna y Olivia. Liropus, con capacidad para sumergirse más de 2.000 metros, grabará, medirá y recogerá muestras del fondo marino para tratar de dilucidar qué sucedio con las pequeñas y su padre, quien llamó a la madre antes de esfumarse para decirle que “no iba a ver más a sus hijas”.

Por otra parte, los investigadores han descubiedrto que Gimeno, adquirió el 23 de agosto de 2020 un coche de alta gama. Un vehículo que, días antes de huir en su embarcación, traspasó a nombre de su padre. En un vídeo que el padre de las niñas desaparecidas comparte con varios amigos se le ve a él conduciendo este automóvil, un Alfa Romeo Giulia, cerca de la vivienda en la que residen sus padres, en Santa Cruz de Tenerife. La transferencia de la propiedad del turismo al padre se interpreta como una forma más de despedida en su entorno.