Un proyecto piloto de ampliación del estudio de contactos puesto en marcha por el Sergas ha permitido detectar 33 casos de COVID entre el 7 y el 21 de mayo. La iniciativa, conocida como retrorrastreo, buscaba optimizar el proceso de seguimiento de contactos para identificar a un mayor número de casos con infección activa y descubrir cadenas de transmisión del virus que habían permanecido ocultas, según ha explicado el Sergas.

De este modo, se ha ampliado la búsqueda de contactos a la semana anterior al inicio de los síntomas del positivo frente al periodo de dos días analizado hasta la fecha. También se ha incluido en el seguimiento a las personas que no fueron contactos estrechos, pero que pudieron haberse reunido con la diagnosticada de coronavirus en ámbitos concretos, como el laboral, el deportivo o algún local de ocio.

La evaluación del proyecto ha evidenciado una mayor positividad de los contactos que mantuvieron interacción con una persona contagiada en un domicilio o en una reunión con más individuos.