Un cigarrillo contiene ingredientes que originan hasta 4.000 sustancias diferentes, de las cuales unas 250 son nocivas, y al menos 69 probadamente carcinógenas, es decir, provocan cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que el tabaco está también detrás de patologías cardiovasculares como anginas de pecho, infartos de miocardio y cerebrales, al promover la arteriosclerosis (depósito de sustancias lipídicas en las arterias), la diabetes y subir la tensión arterial. Dolencias que pueden afectar tanto a quienes consumen los pitillos, como a quienes los padecen, con independencia de su edad.

Y es que nueve de cada diez fumadores no se cortan a la hora de propagar sus malos humos delante de menores, exponiéndolos a desarrollar esas enfermedades en el futuro, según denunció ayer la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), con motivo del Día mundial sin tabaco. Una jornada que la organización aprovechó para reclamar, una vez más, una “ampliación” de la normativa antitabaco.

“Fumar provoca cáncer y mata. Pero el humo del tabaco también, y no podemos consentir que la población no tenga la opción de elegir si se expone o no. Es intolerable que, a estas alturas, niños y adolescentes sufran las consecuencias del tabaco sin encenderse un cigarrillo. Por eso pedimos a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que actualice la legislación, ampliándose los espacios libres de humo”, subrayó ayer el presidente de la AECC, Ramón Reyes, quien extendió ese llamamiento al conjunto de la sociedad para, “entre todos, preservar la salud del futuro de los menores de hoy”.

En una acción conjunta con las confederaciones de asociaciones de padres de alumnos (AMPA) Concapa y Ceapa, a la que se sumaron organizaciones todo el territorio nacional, la AECC establece una serie de “ejes estratégicos” para la ampliación de la actual ley antitabaco, y hace hincapié en la importancia de “consolidar la vigilancia sistemática para su cumplimiento”. “En el Día mundial sin tabaco, espacios públicos sin humo. Por eso pedimos un refuerzo de la legislación vigente para blindar todas las zonas públicas donde exista presencia de menores y poder lograr una generación libre de tabaco”, señaló el presidente de la Concapa, Pedro Caballero, a lo que su homóloga de Ceapa, Leticia Cardenal, añadió: “Es intolerable que los niños respiren humo de tabaco en cuatro de cada diez accesos a centros escolares y en un porcentaje similar de parques. Como padres y madres, tenemos responsabilidad de educar con el ejemplo, de salvaguardarlos de ese humo nocivo y de impedir que vean el tabaquismo como una práctica normal”.

En línea con la AECC y las asociaciones de padres, los expertos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) aprovecharon el Día mundial sin tabaco para apelar a la implicación de los gobiernos en la prevención del tabaquismo, sobre todo en el actual contexto de pandemia, pues “se salvarían muchas vidas y se rebajarían la demanda y el uso de los recursos sanitarios”. En un documento titulado El tabaquismo en la época del COVID-19: llegó la hora de su extinción, firmado por las neumólogas Raquel Solano y Paz Vaquero y publicado en la revista Prevención del tabaquismo, los especialistas de la Separ recuerdan que fumar conduce a desarrollar “formas de COVID más graves”.

“Es fundamental ayudar a los más de 1.300 millones de fumadores que hay en el mundo, que son más vulnerables y también pueden estar en mayor riesgo de enfermar gravemente por COVID, a fin de disponer de los servicios asistenciales que pueden aumentar la probabilidad de éxito al dejar de fumar y acelerar la progresión hacia un mundo sin tabaco”, concluyen los autores del documento, quienes inciden en que la pandemia “presenta una coyuntura sin precedentes y es una ocasión de ofrecer ayuda al fumador y fortalecer políticas de control del tabaco”. “Dadas las circunstancias de excepcionalidad actuales, se hace necesario explorar nuevas vías de asistencia al tabaquismo aprovechando las nuevas tecnologías, como aplicaciones para teléfonos móviles, redes sociales o páginas web para dejar de fumar, entre otras”, remarcan.

El COVID ‘golpea’ la prevención: la Unidad contra el tabaquismo del Hospital de A Coruña, sin actividad por la pandemia

Por la Unidad de deshabituación tabáquica del Hospital Universitario de A Coruña (Chuac) pasaban, cada mes, unos 25 fumadores decididos a desengancharse de los cigarrillos, e incluso había lista de espera, pero la pandemia obligó a cerrar de forma temporal ese servicio, al verse los neumólogos “desbordados” por el COVID. En una entrevista publicada en este diario el pasado mes de enero, en plena escalada de contagios y hospitalizaciones por la tercera ola —la que más golpeó al área sanitaria coruñesa—, la responsable de esa Unidad, la neumóloga Julia Tábara, reconocía estar ahora más centrada en el cáncer de pulmón, “es decir, en las consecuencias del tabaquismo, que en prevenirlo”, aunque haciendo “campaña activa” en favor de una sociedad libre de humos porque, en el contexto actual, es “más necesario que nunca”. “Cuando tenemos al lado a un fumador, ya no inhalamos solo las sustancias nocivas del tabaco, también posibles agentes infecciosos”, advertía la doctora Tábara, favorable a estrechar el cerco al pitillo más allá de la emergencia sanitaria. El objetivo, que fumar “deje de verse como algo normal”, para “evitar que los jóvenes caigan en esa adicción”.