La vida de Alfredo Saborido dio un vuelco de 180 grados hace dieciséis años cuando, con solo 24 y de un día para otro, descubrió que sus riñones estaban gravemente enfermos, lo que le obligó a iniciar inmediatamente tratamiento de diálisis, mientras esperaba la aparición de un órgano compatible para someterse a un trasplante. La llamada que le reenganchó a la vida llegó apenas cinco meses después. “Dentro do que cabe, son afortunado. Máis aló do diagnóstico, o vento para min soprou sempre a favor. O meu transplante foi moi ben durante todos estes anos, aínda que é un proceso que non se asimila. Se seica, aos poucos e co paso do tempo, afasche a que estás ben, neste caso”, cuenta Alfredo, quien dice ignorar cómo va a digerir mañana su futuro como enfermo renal, aunque insiste: “Hai unha cousa certa. Se en Galicia, e no conxunto de España, non fósemos un exemplo de sociedade, eu non estaría a soprar 40 velas en metade dunha pandemia, a pesar de todo, nin cumpriría o meu proxecto de vida”, subraya.

Consciente de que gracias a la decisión de unos desconocidos, que en un momento muy doloroso accedieron a donar los órganos de un familiar fallecido, él ha podido llegar con salud y buena calidad de vida a la actualidad, Alfredo reivindica el papel de los donantes, y a través de la asociación para la lucha contra las enfermedades de riñón Alcer A Coruña, donde desempeña actualmente el cargo de coordinador, hace campaña activa en favor de la donación. "Cando dicimos que doar órganos é regalar vida, é literal. Os doantes obsequian vida, e non a unha persoa en concreto. O seu é un xesto de solidariedade social”, remarca.

Para agradecer, precisamente, ese gesto altruista, ayer se conmemoró el Día nacional del donante de órganos y tejidos, una jornada que Alcer A Coruña aprovechó para difundir un vídeo protagonizado por pacientes trasplantados y profesionales sanitarios implicados en ese engranaje de solidaridad, como los jefes de los servicios de Nefrología y Urología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Ángel Alonso y Venancio Chantada; el coordinador y la enfermera responsable de la Oficina de Coordinación de Trasplantes (OCT) de ese centro, Fernando Mosteiro y Tina Fernández; o el gerente del área sanitaria coruñesa, Luis Verde Remeseiro. Todos ellos participaron, también, en el sencillo homenaje que se brindó a los donantes en el centro de As Xubias.

Un acto especialmente significativo tras un año marcado por la pandemia de SARS-CoV-2, que provocó un descenso en la actividad de la donación y los trasplantes de órganos en todo el mundo. Aún así, el Chuac fue uno de los centros con mayor actividad trasplantadora en España, gracias a que la tasa de donación en el área sanitaria se mantuvo “estable”, con 58,2 donantes por millón de habitantes, 21 puntos por encima de la media nacional. De hecho, en el último ejercicio se realizaron 228 intervenciones de ese tipo en el edificio principal del complejo coruñés, lo que supone la octava mejor cifra de su serie histórica, situándose como el cuarto hospital más trasplantador de España, solo por detrás de La Fe de Valencia, el Vall d’Hebron y el Clínic de Barcelona.

Dentro de los distintos programas, cabe mencionar que en trasplante cardíaco el centro hospitalario coruñés fue líder a nivel nacional, al llevar a cabo 29 cirugías de ese tipo, y segundo en el ránking estatal de trasplante pulmonar, con 53 operaciones. Los injertos de corazón, de hecho, se incrementaron un 45% con respecto al año previo a la pandemia de COVID, y el 55% de las 29 intervenciones de ese tipo realizadas en el hospital coruñés en el último ejercicio se llevaron a cabo en situación de “urgencia 0”. En cuanto a los trasplantes de pulmón, las 53 cirugías de ese tipo realizadas en 2020 pulverizaron el récord de 48 injertos realizados en los quirófanos coruñeses en 2017, y suponen un 23% de operaciones más que en el año anterior al COVID, probablemente, debido al mayor aprovechamiento de ofertas de donantes pulmonares que otros centros tuvieron que rechazar por la emergencia sanitaria, ya que el trasplante pulmonar disminuyó un 20% en el conjunto del país. El año pasado sirvió, también, para consolidar el programa de donación en asistolia controlada, es decir, “a corazón parado”. Tanto, que uno de cada cinco trasplantes de pulmón se realizaron ya gracias a esta modalidad de donación. Además, el 7% de los pacientes se encontraban en situación de urgencia, y un 36% fueron injertos bipulmonares.

En cuanto al resto de trasplantes, durante el pasado año se llevaron a cabo en los quirófanos del Chuac 56 injertos hepáticos, una cifra que sitúa al centro como el sexto hospital de España con mayor actividad trasplantadora de ese órgano; 88 de riñón; y dos de páncreas. El programa de trasplante renal fue el que se vio más resentido por la pandemia de COVID. Aún así, el complejo hospitalario coruñés logró situarse en el octavo lugar del ránking nacional de ese tipo de intervenciones. Además, el injerto renal de donante vivo continúa teniendo un importante impacto en el centro de As Xubias, donde se llevaron a cabo, durante 2020, 15 trasplantes de esa modalidad, el 17% del total, cuando a nivel nacional la media está en un 9%. Una de esas cirugías se realizó dentro del programa estatal de parejas cruzadas, y tres fueron en pacientes con incompatibilidades A, B y 0, precisando una “desensibilización previa”, con la complejidad técnica que eso supone.

Alfredo Saborido. Cedida.

Alfredo Saborido | Coordinador de Alcer A Coruña

“Podemos 'testamentar' o noso corpo hoxe para ser doantes de órganos no futuro"


Alfredo Saborido, coordinador de la asociación Alcer A Coruña, no conocía a ninguna persona trasplantada cuando, con sólo 24 años, una enfermedad renal de aparición “abrupta” le llevó a entrar en lista de espera para someterse a una intervención de ese tipo. No obstante, sí se había hecho donante al cumplir la mayoría de edad, por una "cuestión social”. “Non tiña interese en sacarme o carné de conducir, pero si en ter o carné de doante. E iso que nunca se me pasou pola cabeza que puidese chegar a necesitar un órgano en lugar de doalo. Pero a vida é así: en apenas seis anos, entraba nun quirófano para ser trasplantado”, destaca. Siendo como es “bastante celebrador”, a Alfredo le basta cualquier excusa para festejar lo que sea, rodeado de su familia y amigos. Sin embargo, reconoce que los cumpleaños de su trasplante renal los vive de una forma mucho más íntima. “Coma se fose unha especie de aniversario, pero para dentro”, admite.

En su caso, fue la familia de una persona fallecida quien le dio una nueva oportunidad al decir “sí” a la donación, pero el coordinador de Alcer A Coruña recuerda que, en la actualidad, todas las personas que deseen donar sus órganos pueden dejar constancia de ello elaborando en vida un documento de instrucciones previas, de manera que la donación dejaría de estar vinculada a la voluntad de una familia en un momento muy doloroso y complicado. “Hoxe en día hai esa posibilidade, e igual que eu me fixen o carné de doante con 18 anos, aos 40 teño xa o meu documento de instrucións previas realizado para que ninguén teña que tomar unha decisión nun momento cunha carga emocional negativa moi alta”, subraya Alfredo, y concluye: "Igual que en Galicia testamentamos as nosas leiras e falamos moito dese tema, desde hai uns anos temos tamén a posibilidade de testamentar a ferramenta máis útil que temos, que é o noso corpo".