El calendario para el próximo curso ya es oficial —está publicado en el Diario Oficial de Galicia— e incluye novedades sobre el que presentó la Xunta a los sindicatos en la mesa sectorial, aunque la Consellería de Educación mantiene el cambio principal que afectará a ESO, 1º de Bachillerato y 1º de FP Básica: la recuperación de septiembre se celebrará en junio. Aunque la Administración retrasa tres días, desde el 17 al 20 de junio, la fecha en la que estipula que se inicie la convocatoria extraordinaria y señala que realiza el ajuste “tal y como solicitaban las ANPA”, la decisión no convence a los padres, que manifestaron de forma unánime su rechazo cuando se planteó esa opción. Desde la Confederación de ANPAS Galegas volvieron a censurar ayer que las familias no cuenten “en absoluto” para la Xunta y también conminan a las autoridades a sentarse a discutir “cómo se modifica este desastre de calendario escolar”.

Si entre el 20 y el 22 de junio están previstas las pruebas finales extraordinarias y el 23 las sesiones de evaluación extraordinarias, entre el 6 y el 22 el tiempo estará destinado a la realización de “actividades de apoyo, refuerzo y recuperación, ampliación y tutorización para estos alumnos”, explicaba ayer la Consellería Educación.

Otro de los cambios que recoge el documento es que el inicio del curso para las etapas de Infantil, Primaria y Educación Especial se pospone un día, hasta el 9 de septiembre, y se mantiene el final para el 22 de junio. Además, los escolares ganarán un día de asueto al comenzar las vacaciones de Navidad el 22 y no el 23. El resto de alumnos, los de ESO, Bachillerato, FP y enseñanzas de régimen especial volverán a los institutos y escuelas el día 15 de septiembre.

Asimismo, Educación modifica un aspecto cuestionado por padres y sindicatos: el período de adaptación para el alumnado de Infantil que se incorpora por primera vez a un centro. Lo prolonga hasta el 21 de septiembre y mantiene que sean los maestros quienes lo decidan.

Desde la Confederación de ANPAS Galegas manifestaron al respecto que lo que las familias precisan “es una normativa laboral” que les “permita estar presentes en los períodos de adaptación” de sus hijos.