Galicia acogió este martes el arranque de la segunda selectividad de la pandemia sanitaria. Una jornada sin incidencias, de absoluta tranquilidad y marcada por el buen funcionamiento del dispositivo de seguridad, en la que los jóvenes pusieron a prueba sus conocimientos históricos con textos sobre el Franquismo o la 'Revolución Gloriosa', sus habilidades de comprensión lectora o de análisis literario.

El conocimiento del alumnado de las medidas básicas de seguridad individual y colectiva, tras la experiencia vivida este último curso, facilitó el buen desarrollo del arranque de los exámenes, para los que la Comisión Interuniversitaria de Galicia mantuvo gran parte del dispositivo desplegado en la ABAU del año 2020, pero perfilado y adaptado al avance científico y el estudio del propio virus.

Cerca de 13.200 estudiantes se examinarán a lo largo de esta semana, una cifra inferior a la del pasado ejercicio pero que sigue muy por encima de los números habituales que se registran en las pruebas de acceso a la universidad de la comunidad gallega. Una plantilla de cerca de 800 profesionales están a cargo de la vigilancia y de la organización de estos tres días de exámenes.

Todos ellos se reparten a lo largo de 43 comisiones delegadas, la mayor parte en los campus universitarios y facultades, aunque también en las tres sedes de los municipios de Viveiro, A Rúa y Cee y en otros centros adscritos para alumnos con necesidades de apoyo o para aquellos estudiantes que, por contar una discapacidad reconocida, necesitan equipos o sistemas específicos.

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ABAU A Coruña 2021: Primer día de selectividad en el campus coruñés Carlos Pardellas

Orden y tranquilidad

La jornada arrancó a las 09.00 horas con la tradicional presentación y ya entonces el personal encargado de vigilar el dispositivo pudo constatar el gran conocimiento de los protocolos y de las medidas por parte de los jóvenes, según destacó en declaraciones a Europa Press Pedro Armas, presidente de la Comisión Interuniversitaria de Galicia.

"En el ambiente se notó el aprendizaje de la pandemia. Se notó muchísimo en la entrada ordenada, escalonada... los alumnos vienen muy aleccionados y a los pocos minutos ya los teníamos a todos colocados en el aula", ha asegurado.

Los jóvenes realizaron su entrada siguiendo los circuitos dispuestos por las diferentes sedes de examen para evitar aglomeraciones innecesarias y manteniendo en lo posible los llamados 'grupos burbuja' de los centros.

Asimismo, todos sabían exactamente el material que podían usar, donde tenían que colocar las mochilas y otro tipo de elementos básicos de seguridad e higiene, por lo que se encontraban más "despreocupados" y "centrados" en las pruebas que el pasado año.

"Todos traen su mascarilla, muchos con su propia botella de agua, y ya saben que lo que tienen que hacer con su mochila o con materiales como los bolígrafos, o que tienen que tener cuidado con manipular las etiquetas debido al gel hidroalcohólico, puesto que se pueden ver deterioradas", añade Armas.

Optativas en las pruebas

Otro de los elementos que continúan vigentes respecto a la pasada convocatoria es el incremento de la optatividad en los modelos de examen, al tratarse de nuevo de un curso "excepcional". "Ese modelo de optatividad diseñado en la cuarentena continúa este año, que en cierta medida sigue siendo excepcional, puesto que se mantienen las medidas garantistas e incluso la distancia de seguridad de entre dos y 1,5 metros (debido principalmente a que los jóvenes todavía están sin vacunar)", ha señalado Armas.

La primera prueba, la de Historia de España, constó de un total de cuatro preguntas de cinco puntos de las que el alumno debía responder un máximo de dos. Entre ellas, los aspirantes debían definir diversos apartados, desarrollar temas como los musulmanes en la Península, la Reconquista o la Galicia de los Austrias.

Asimismo, se pedía construir una composición a partir de diversos textos históricos que versaban sobre la llamada 'Revolución Gloriosa' de 1688, la reforma agraria liberal y las desamortizaciones, o del 'Franquismo' y las diversas características que marcaron el régimen dictatorial impuesto en el Estado español tras la Guerra Civil.

La Fundación o el Modernismo

A partir de las 12,00 horas se celebraron los exámenes de Lingua castelá e Literatura II. La prueba constaba de ocho preguntas de 2 puntos, de las que se podían responder hasta un máximo de cinco y (de nuevo) combinadas a elección del propio alumno.

La hoja de la prueba estaba encabezada por un texto firmado por Cristina Manzano para el diario 'El País', en el que la autora abordaba la problemática de los plásticos y sus repercusiones en el medio ambiente, la contaminación y los residuos.

A partir del texto, se presentaban diferentes cuestiones de resumen, comentario crítico, además de cuestiones gramaticales sobre diferentes fragmentos del artículo. A mayores, se incluían diversas cuestiones sobre obras literarias como 'La Fundación', sobre la novela española en las tres décadas posteriores a la Guerra Civil o 'El Modernismo' a través de la figura de Rubén Darío, entre otras.

Tras un descanso para comer, las pruebas se reanudaran a la tarde con 'Matemáticas Aplicadas CC.SS', 'Fundamentos da Arte II', 'Economía da empresa' y 'Deseño'.