Los exámenes de Selectividad ya han comenzado, un año más marcados por la pandemia de la Covid-19 y las normas de prevención de contagios. Pero las pruebas de acceso a la universidad, fundamentales en la carrera de los jóvenes, inquietan a los aspirantes por muchos otros aspectos.

Aunque la inmensa mayoría lo tiene claro, siempre es bueno recordar cómo se configuran los exámenes de la EBAU, más allá de las particularidades de cada comunidad autónoma.

El objetivo es siempre el de superar la nota de corte de las carreras que cada cual aspira a cursar. La calificación de cada uno se obtiene de una forma ponderada entre las que se consigan en el Bachillerato, en la Fase Obligatoria de la Selectividad y en la de la Fase Voluntaria.

La nota del Bachillerato pesa un 60%, mientras que la de la Fase Obligatoria representa el 40%. La puntuación máxima con estas dos partes es de 10. Sin embargo, los estudiantes tienen la opción de presentarse a la Fase Voluntaria de la EBAU, que permite elevar esa nota en cuatro puntos, hasta 14, el límite de las calificaciones de corte en las universidades. Para sumar nota, en todo caso, es imprescindible obtener en estas pruebas extras un 5 o más, y es requisito imprescindible presentarse a un mínimo de dos asignatura, con un máximo de cuatro.

Pero, volviendo a la fase obligatoria, hay que aclarar cuáles son las materias que los estudiantes no podrán saltarse. Serán cuatro exámenes por regla general, aunque se elevan a cinco en las comunidades con lengua cooficial.

Las cuatro asignaturas obligatorias son las siguientes:

  • Lengua Castellana y Literatura.
  • Historia de España.
  • Lengua extranjera.
  • Una asignatura propia de la modalidad de bachillerato cursado (excepto en Andalucía, Asturias y Canarias, donde se puede elegir la asignatura con independencia del bachillerato elegido).