Pese a la buena evolución de la pandemia en Galicia y a que el número de infectados por COVID lleva semanas en descenso, esta mejoría no se aprecia todavía en la asistencia en los centros de Atención Primaria. Pacientes de A Coruña y su comarca tienen que esperar hasta diez días para una consulta telefónica con su médico de cabecera o el pediatra. Una demora que, en algunos puntos de la comunidad llega incluso a las dos semanas —según denunció el lunes el PSdeG y reconocía la propia Asociación Galega de Medicina Familiar en mayo— y que ha provocado las quejas de los médicos de los servicios de Urgencias que aseguran que les llegan muchos pacientes al hospital por las trabas para una consulta presencial en Primaria.

La situación varía notablemente en función del centro de salud y del médico asignado a cada paciente. Mientras un usuario de la Casa del Mar que solicitaba ayer cita por internet para su médico de cabecera conseguía consulta para hoy —o para mañana en el caso de ser recetas— y dos pacientes de O Ventorrillo podrán hablar con su doctor de cabecera en un plazo máximo de 48 horas, quienes tengan el médico en el centro de salud de San José, de Elviña-Mesoiro o de Perillo (Oleiros) tendrán que aguardar seis días para comunicar su problema de salud al especialista ya que ayer ya no quedaban huecos libres hasta el próximo lunes 21 de junio.

Pero la situación es todavía peor en otros ambulatorios consultados. Usuarios del centro de salud de Betanzos ya no conseguían cita ayer para antes del martes 22 (una semana de espera) y en Miño, la demora es de diez días, hasta el 25.

También diez días es lo que tienen que esperar los padres de un niño que enferme y su pediatra esté en el ambulatorio de O Ventorrillo y algo menos, pero seis jornadas, si su centro es el de San José, donde, según aseguraba ayer una madre, las revisiones anuales de algunos niños se demoran meses. “Pedía cita en marzo y aún voy a ir ahora”, aseguraba esta progenitora.

La existencia de lista de espera en Atención Primaria no es algo nuevo. Ya en octubre había centros de salud coruñeses donde había que esperar ocho días para la cita con el médico y en diciembre, la espera subía a nueve jornadas. Una situación que puede empeorar en las siguientes semanas con las vacaciones estivales de muchos facultativos que no siempre se cubren con un sustituto. De hecho, en el caso del personal de enfermería, el propio conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, reconocía esta misma semana que será “muy difícil” cubrir “al 100%” las bajas que haya en verano ya que actualmente hay un elevado número de profesionales contratados por la pandemia y la vacunación.

Más allá de la demora para ser atendido, otra de las polémicas de los últimos meses es el hecho de que la mayoría de consultas en el centro de salud todavía sean telefónicas. Cuando en marzo de 2020 estalló la pandemia y se decretó el confinamiento, la asistencia presencial se redujo a lo urgente tanto en Primaria como en los hospitales. Más de un año después si uno pide cita para su médico de cabecera por internet solo tiene la opción de que sea telefónica y en el caso de quererla presencial, hay que llamar al ambulatorio. Los pacientes llevan meses quejándose, sin embargo, de que es muy complicado que les atiendan en la centralita del centro y esto hace que en la práctica, la mayoría de las veces la primera consulta sea telefónica y ya después el médico analiza si es preciso una presencial para lo que habrá que pedir hora para otra jornada. Desde la Asociación Galega de Medicina Familiar aseguraban el mes pasado que la mitad de pacientes con consulta telefónica terminan siendo derivados a su ambulatorio para una valoración en persona por el facultativo.

La Xunta lleva meses asegurando que el objetivo es aumentar progresivamente las consultas presenciales —de hecho, anunció un plus para aquellos médicos que incrementen este tipo de citas—, pero hace solo unos días el presidente, Alberto Núñez Feijóo, reconocía que este aumento será progresivo y que para recuperar la presencialidad de forma generalizada habrá que esperar a que avance la vacunación en el conjunto de la población, incluidos los adolescentes.

Tanto la demora en ser atendidos como el hecho de que las citas sean telefónicas inicialmente ha provocado que muchos pacientes opten por acudir a Urgencias al hospital cuando en realidad su problema podría ser solucionado en el ambulatorio, según denunciaba hace solo unas semanas la Sociedad de Urgencias y Emergencias de Galicia. Desde la entidad transmitieron al Sergas su “malestar” y solicitaron que se recupere la atención presencial en Primaria. Desde la Asociación Galega de Medicina Familiar lamentaron que se de la imagen de desatención en los ambulatorios porque “no es real”. Aseguran que todos los pacientes son atendidos y que las demoras que pueda haber se producen por la sobrecarga de trabajo que desde hace años denuncian —incrementada ahora por la pandemia— y la falta de personal suficiente.