El primer ministro en funciones neerlandés, Mark Rutte, se disculpó este lunes por lo que llamó un “error de cálculo” a la hora de acelerar la desescalada a finales de junio, lo que llevó a un rebrote de contagios de coronavirus, y condujo el pasado viernes a la recuperación de algunas restricciones, tan solo dos semanas después de levantarlas.

“Lo que pensamos que era posible, resultó ser incorrecto en la práctica. Cometimos un error de cálculo, estamos decepcionados por ello y nos disculpamos”, aseguró Rutte a los periodistas, después de las críticas a él y a su ministro de Sanidad, Hugo de Jonge, por no asumir responsabilidades cuando anunciaron las nuevas restricciones.

El primer ministro en funciones lamentó que el pasado viernes no dio su "mejor rueda de prensa” porque tanto él como De Jonge estaban “demasiado ocupados pensando en las restricciones” que no habían sido “lo suficientemente autocríticos” y no estaban bien preparados, añadió.

“Nos pedisteis nuestra reflexión y fue injusto que no la diéramos”, lamentó Rutte, después de que ambos rechazaran las críticas al Gobierno por haber levantado prácticamente todas las restricciones el pasado 26 de junio, poniendo fin al confinamiento y al uso obligatorio de mascarillas en interiores.

Rutte sostuvo el viernes que la decisión de haber relajado todas las restricciones fue “lógica y responsable en ese momento” y ya preveía un aumento de los contagios, pero que, de repente, parece que “va más rápido de lo que decían los cálculos”.

El ministro de Sanidad también reconoció que lo que se conoce como “Bailando con Janssen” fue otro “error de cálculo”. Dijo que quienes recibieron “por la mañana” una vacuna monodosis de Johnson & Johnson, o la segunda de Pfizer, Moderna o AstraZeneca, “podían ir a una discoteca esa misma noche”, sin esperar las dos semanas necesarias para la protección real.

De Jonge aseguró que pretendía animar a los más jóvenes a vacunarse y subrayó hoy que “a menudo hay que pecar de cautelosos” en los temas donde no hay certeza, también en el sistema de acceso por test, en el que se solicitaba un certificado negativo o la vacunación completa para acceder a las discotecas y clubes nocturnos, lo que permitía a los clientes olvidarse del metro y medio de distancia.

La falta de distancia social y la confianza en los test de antígenos y en que los vacunados no portaban el virus llevó a muchos a confiarse, dando pie a múltiples brotes en discotecas y clubes, lo que llevó el viernes a cerrar todo el ocio nocturno, que había estado clausurado durante toda la pandemia, hasta el 26 de junio pasado, y solo duró abierto dos semanas, con infecciones desde el primer día.

Además del cierre del ocio nocturno, el Gobierno neerlandés impuso nuevas restricciones hasta el 13 de agosto, que incluyen la limitación de los horarios en la hostelería y la aplicación de normas al sector de la cultura.

Los contagios diarios en Países Bajos rondan ya los 10.000 casos, después de que hace dos semanas se registraron hasta 600 al día. Rutte mostró hoy su esperanza de que los contagios vuelvan a reducirse pronto porque este es “un país sensato”, añadió.