El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cervera de Pisuerga (Palencia) ha reabierto el caso sobre la desaparición de Virginia Guerrero y Manuela Torres, dos niñas de Aguilar de Campoo, de 14 y 13 años, que hace 29 años, en abril de 1992, fueron a pasar la tarde a Reinosa (Cantabria) sin permiso de sus familias y nunca volvieron a casa.

La reapertura del caso se ha decidido por una nueva línea de investigación surgida a raíz de la difusión, en febrero, de una información en un programa de televisión que recordó este caso. Según el criminólogo Ramón Chippirrás, de Balfagón & Chippirrás, que representa a la familia de las niñas, a partir de esa noticia se produjo una llamada de una mujer a la que, un año antes de la desaparición de Virginia y Manuela, había sucedido algo parecido, también cuando hacía autostop con una amiga con la que regresaba de unas fiestas. Sin embargo, en aquella ocasión ambas lograron escapar del vehículo —de las mismas características en el que al parecer se subieron las dos niñas desaparecidas—, aunque no denunciaron nada porque también habían salido de casa sin permiso. Las adolescentes fueron vistas por última vez cuando hacían autostop en esa localidad cántabra con el objetivo de volver a casa.