"Promoción: un mes de alquiler gratis si reservas antes del 31 de agosto. Y además, ¡sin comisiones de agencia!". El anuncio, publicado en el portal inmobiliario Idealista.com, parece un chollo en una ciudad en la que arrendar exige desembolsar una fortuna en comisiones y fianzas. Sin embargo, el desengaño llega de inmediato: "Estudio de 18 metros cuadrados en alquiler de una estancia"

La vivienda, "un bajo exterior sin ascensor" ubicada en Cala Major, se alquila por 480 euros al mes. El anuncio incluye varias fotos desde diferentes perspectivas del reducido espacio y un ‘virtual tour’ que se recorre con facilidad: una estancia única con una sencilla cocina y un baño. Hay que tirar imaginación para saber dónde situar la cama. O el sofá, porque ambos muebles no caben.  

La vivienda está tenuemente iluminada por una pequeña ventana que parece dar a un patio interior. "Listo para convertirse en su próxima vivienda en alquiler", reza el texto del anuncio sobre el minúsculo espacio. 

Las dimensiones de este minipiso no parecen ser un problema para el anunciante, seguro de que ofrece "una oportunidad residencial en una buena zona y a un precio asequible".

Sin embargo, esta infravivienda está lejos de ser una oportunidad. De hecho, difícilmente dispondrá de cédula de habitabilidad porque no llega a la superficie mínima exigida para una vivienda en Balears: 26 metros cuadrados útiles y unos treinta construidos. Cala Major, donde se levantan los conocidos edificios Pullman, es terreno abonado para el alquiler de este tipo de espacios.