League of legends, GTA V, Fortnite, Minecraft, Roblox, Among Us,Rocket League o World of Warcraft. Estos nombres resultan prácticamente desconocidos para muchos de aquellos que no nacieron en la llamada era digital. Se trata de videojuegos, un entretenimiento que en su justa medida, como ocurre en la mayoría de las cosas de la vida, puede comportar beneficios, pero que si se hace un uso abusivo puede derivar en una peligrosa adicción que pone en jaque a las familias. El hecho de que, en Castellón, se haya estudiado el primer caso clínico en el mundo de un menor que tuvo que ser hospitalizado durante dos meses por el abuso al videojuego de combates Fortnite ha puesto de nuevo sobre el tablero esta problemática que empieza a irrumpir con más fuerza en las consultas de pediatría y salud mental

El confinamiento durante la pandemia no ha hecho más que incrementar esta problemática social que está recobrando cierta visibilidad, aunque "la normalización" de la misma y una "falta de estigmatización" no ayudan a sacar a la luz esta adicción con un perfil juvenil. Los expertos advierten de que posiblemente solo se está viendo "la punta del iceberg" y a medio plazo se aflorarán comportamientos adictivos. 

El psiquiatra del Hospital Provincial de Castelló, Matías Real-López, miembro del grupo de investigación sobre la salud mental de la infancia y la adolescencia que ha dirigido este estudio, que ha tenido una importante cobertura mediática, aseguró ayer que resulta importante en la prevención no dar por asumido que los niños por ser nativos digitales saben usar las nuevas tecnologías de forma correcta. El experto remarca que será dentro de un tiempo cuando se vean los efectos negativos que el confinamiento ha comportado en la infancia y la adolescencia en lo que a sus relaciones e interacciones sociales se refiere. 

 De acuerdo con las conclusiones de la investigación, las estrategias de prevención aconsejan la necesidad de supervisión del uso que realizan los menores de las pantallas "estableciendo límites claros y bien definidos" y "fomentando la práctica de otras fuentes de satisfacción". De igual modo, también apuestan por la creación de espacios de interacción familiar para disfrutar de actividades en grupo, así como la restricción de los dispositivos en las habitaciones de los menores.

Síntomas

Los expertos dan varias claves a las familias para ayudarlas a detectar el problema. Por un lado, observar si el tiempo empleado en los videojuegos va en aumento y se abandonan comportamientos previos y, por otro, la reacción del joven cuando se ponen límites al uso. Si esta es comprensiva y aceptada o, por contra, el sujeto responde de forma acalorada e, incluso, agresiva.

Así, el aislamiento social y familiar, la pérdida de interés en los amigos y los estudios, junto a un retraimiento del carácter deben ser factores que ayuden a hacer saltar las alarmas.

"Mazmorra digital"

Además de las unidades de salud mental, la fundación Patim lleva años alertando de la "mazmorra digital" que está dominando el ocio de los jóvenes. "Nuestra experiencia es que llegan todavía a las consultas pocos casos de adicción a las redes sociales o videojuegos, pero los que hay son llamativos por el conflicto que generan a nivel psicológico, social y familiar. Son muy intensos", explica el psicólogo de Patim Julio Abad. 

De todos modos, el hecho de que todavía no esté llegando un número elevado de peticiones de consultas no significa que el problema no sea tal y se encuentre como adormecido debido a la normalización a nivel social del uso de las nuevas tecnologías, como puede suceder con el consumo del alcohol, según explica Abad. "Creemos que este problema va a más por la información al respecto que están pidiendo las familias y por las dudas que surgen en los colegios al respecto", apunta.

Además, el psicólogo aclara que el uso desmesurado y preocupante de los videojuegos depende de la vulnerabilidad del sujeto, de la carga adictiva del propio juego y del entorno.

Papel social

Los expertos aconsejan de forma urgente un cambio en el patrón de ocio alejado del teléfono móvil y el ordenador, disfrutando de actividades como las de antaño. "La sociedad debe implicarse más, no cargárselo todo a la Administración, concienciando por unas empresas responsables", el presidente de Patim, Francisco López.

Llamamiento de los pediatras

La imagen de niños de muy corta edad mirando los dibujos por el teléfono móvil se ha vuelto muy común a nivel social, pero los pediatras de Castellón alertan sobre este tipo de conductas y aconsejan a los padres pautas de comportamiento con el uso de las nuevas tecnología desde que se es pequeño.

"Estamos viendo en las consultas un uso en aumento de las nuevas tecnologías por parte de una población considerada nativa digital, pero que si no se controla y se ponen límites puede comportar problemas", explica la doctora Laura Bauxali, especialista en Pediatría del Hospital General Unviersitari de Castelló. 

En este sentido, alerta de que ven casos en los que los menores están hasta 12 horas diarias delante de una pantalla en detrimento de las relaciones sociales, además de generar otras problemáticas asociadas como las alteraciones del sueño. "En niños menores de dos años recomendamos cero pantallas, a lo mejor, a partir de los 18 años, una excepción podrían ser las videollamadas", explica la doctora Bauxali, al tiempo que remarca que hasta los cinco años se aconseja emplear contenidos de calidad con presencia de los padres, que suelen "ir por detrás de los niños en estos conocimientos".