Esperas de hasta una semana para una consulta telefónica con el médico de cabecera, profesionales de baja a los que nadie sustituye y cuyos pacientes se reparten entre los compañeros del centro de salud, agendas saturadas que impiden dedicar el tiempo necesario a cada enfermo o pacientes que cansados de que nadie les coja el teléfono en su ambulatorio se ven obligados a guardar largas colas para cualquier trámite. Esta es la realidad que viven a diario profesionales y ciudadanos en Atención Primaria, según denuncian los propios trabajadores del sector. Si el año previo a la pandemia se sucedieron las protestas y huelgas de sanitarios por la “sobrecarga” de trabajo y la falta de personal, ahora aseguran que la situación ha empeorado. Por ello, la Comisión de Atención Primaria del área sanitaria de A Coruña continuará con protestas todos los jueves a las puertas de los ambulatorios para exigir al Sergas que “ofrezcan ya una solución”.

“La realidad asistencial es peor ahora que cuando se realizaron las movilizaciones y las huelgas antes de la pandemia porque en cuestión de personal no se ha ganado nada —hay un gran déficit en todas las categorías, no solo en los médicos— y con la pandemia se incrementó la sobrecarga de trabajo. Hay una labor muy importante pero que quizás no es visible”, señala Ramón Veras, médico en el centro de salud de San José y miembro de SOS Sanidade Pública, quien recuerda que al margen de los pacientes que cada médico de familia debe atender a diario — “donde normalmente se incluye siempre alguno más de los citados al tratarse de urgencias”, señala—, son estos facultativos quienes llevan ahora el peso del seguimiento de los pacientes COVID ya que la gran mayoría no están hospitalizados. “Recuerdo que al principio de la pandemia había 1.800 o 2.000 pacientes en sus domicilios y aquello parecía una montaña y ahora se habla de estas cifras con naturalidad”, sostiene.

Unas tareas multiplicadas a causa de la pandemia pero con el mismo personal que ya hace dos años aseguraban era insuficiente. “Llevamos tiempo exigiendo el incremento de profesionales en Atención Primaria y la gerencia se disculpa continuamente con el hecho de que no hay profesionales de algunas categorías, pero la situación actual responde a una política de recortes desde hace muchos años que se agravó con la pandemia. Cada año vemos cómo profesionales de distintas categorías se marchan buscando una estabilidad que no da el Sergas”, critican desde la Comisión.

Una idea que comparte el doctor Veras. “Dicen que no se cubren por falta de personal y esto es consecuencia de la política de recursos humanos que han llevado a cabo. El año pasado salieron 18 residentes de medicina familiar y solo se quedaron tres o cuatro. Si en Urgencias o el hospital te garantizan un contrato de meses y en Atención Primaria solo de 15 en 15 días...”, indica este facultativo.

Y la falta de personal, como denuncian los propios trabajadores, repercute en la plantilla pero también en los pacientes. Una consecuencia son las listas de espera para ser atendidos por el médico de familia. “La grave falta de cobertura de las ausencias y la falta de previsión por una deficitaria gestión hace que las consultas estén saturadas y que en algunos centros este lunes no hubiese posibilidad de obtener cita hasta el día 21 o en otros que fuese imposible porque no hay huecos”, denuncian en la Comisión, donde recuerdan que la sobrecarga de trabajo continuada que viven estos profesionales repercute en su salud y en la calidad asistencial que ofrecen. Por eso, denunciaron ante Inspección de Trabajo “la sobrecarga tanto física como mental” de los profesionales.

Al margen de las protestas de la Comisión, hace unas semanas un grupo de doctores coruñeses reunió más de cien firmas para exigir al Colegio de Médicos que, como hizo el de Pontevedra, llevase la actual situación de Primaria a los tribunales. El Colegio aseguró que estudiará acciones legales y que respalda las protestas por la falta de personal. La reacción del colectivo ha sido dispar. “El Colegio rema en la misma dirección que la Comisión”, aseguraba ayer la presidenta del comité, María Teresa Macías. Una opinión opuesta a la de Veras. “La reacción del Colegio es decepcionante, falta complicidad con los trabajadores. No pedimos que nadie vaya a la cárcel pero sí un poco de apoyo y no solo una palmadita. El Colegio realmente lo que hace es defender a la Consellería y no a lo médicos”, señala.