Siete de cada diez nuevos delitos son estafas en internet. El teléfono de última generación a precio de ganga que se convirtió en ladrillo cuando llegó el paquete a casa, o el coche tan barato que se oferta en algunas páginas webs especializadas, son algunas de las estafas más habituales en internet.

Pero también hay que tener especial cuidado con los niños, que son los más vulnerables en las redes, y con los ordenadores de las pymes, en las que se ceban grupos que operan desde Rusia y Rumanía para cobrar un rescate tras ‘secuestrar’ el terminal. Protegerse es la mejor manera para evitar daños. La Policía da cinco consejos que pueden ser claves para no ser estafado a través de internet.

1. Contraseñas de calidad y antivirus

Conviene evitar las contraseñas fáciles de adivinar, mantener un perfil bajo en redes sociales y no desestimar medidas de seguridad al elegir “la pregunta secreta” y un buen antivirus. No facilitar números de teléfono o datos personales por internet a desconocidos o webs que no ofrezcan confianza suficiente.

2. Evitar cadenas de mensajes y desconfía de precios bajos

Las cadenas de mensajes son fuente de información para los estafadores. Conviene también desconfiar de productos que se ofrecen a precios muy baratos y analizar las opciones de pago, eligiendo las más solventes.

3. No introducir el número de tarjeta en páginas pornográficas

En ocasione se solicitan los datos como pretexto para comprobar la mayoría de edad. Extremar la precaución en los archivos que se reciben en sesiones de chats.

4. Fraude telefónico

Para evitarlo conviene controlar las facturas, comprobar números y gasto facturado. Hay que adoptar medidas cuando ofrecen regalos sustanciosos y para recibirlos hay que llamar por teléfono a prefijos de tarificación adicional.

5.Protección de menores

Conviene tutelarlos y hablarles de los peligros del chat, que supuestos amigos pueden no resultar tales, en especial en los de contenidos sexuales. No permitir que envíen fotos ni información suya o de su familia sin autorización de sus padres. Consensuar con los adolescentes ciertas normas en internet y comprobar qué contenidos consideran ellos adecuados para exponer y compartir.