El Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) ha participado en más de 700 ensayos clínicos en los últimos cuatro años, proyectos en los que se prueban fármacos y dispositivos innovadores o bien se comprueba si medicamentos ya conocidos pueden tener un nuevo uso en otras patologías. “En la actualidad tenemos en marcha 118 ensayos, se abren unos diez nuevos cada mes”, explica el director de Atención Hospitalaria, Pedro Marcos, que resalta que, en 2020 y pese al parón que hubo por la pandemia, el centro coruñés batió su propio récord con 144 ensayos. “Este es un hospital muy clínico y en el que hay una gran apuesta por la investigación, estimulamos a todos los servicios para ofrecer la mejor asistencia y eso consiste no solo en números de cirugías y consultas. Se ha demostrado que la mejor asistencia se da en los hospitales que más investigan”, indica.

Participar en un ensayo clínico depende de varios factores, pero conlleva una complejidad que impide que cualquier centro pueda hacerlo y que tener experiencia previa suponga sumar puntos para proyectos futuros. “Hay muchos casos en donde es la propia industria farmacéutica la que perfila el ensayo y busca ya qué hospitales pueden beneficiarse, en otros casos nos llegan por otras vías porque el tener experiencia, el haber respondido adecuadamente a anteriores es la mejor garantía”, explica Marcos, quien asegura que participar en ensayos clínicos solo tiene ventajas tanto para los pacientes como para el centro. “Los ensayos permiten acceder a la última terapéutica, dar oportunidades especiales a pacientes que igual de otra manera no tendrían o tendrían que salir de aquí y en muchas ocasiones también nos ayudan a ser más eficientes en la gestión del gasto farmacéutico”, señala Marcos.

Todos los ensayos —que pueden ser para probar nuevas vacunas, un nuevo uso de un fármaco, terapias génicas o dispositivos innovadores (válvulas o desfibriladores, por ejemplo)— tienen cuatro fases. En la primera se trata de probar moléculas generalmente in vitro — “algo no tan vinculado a lo asistencial y que casi no suelen llegar al Chuac”, indica este doctor—, en los de fase II (algunos sí se realizan en el centro coruñés) se busca fijar cual es la dosis más adecuada, pero la mayoría de los que se realizan en el Chuac y en hospitales similares son ensayos de fase III, “es decir se intenta ver la efectividad de un medicamento para determinadas patologías”. Por último, están los ensayos en fase IV, aquellos donde se quiere ver los efectos de ciertas terapias pero ya en la vida real, a más largo plazo. “En este caso suelen entrar algunos servicios que no tienen tanta experiencia en ensayos y que después igual ya comienzan a realizar proyectos de fase III”, explica el doctor Pedro Marcos.

Claves

  1. ¿Qué es un ensayo clínico? Un proyecto de investigación en el que se prueba la eficacia de nuevos fármacos o dispositivos (válvulas o desfibriladores) o el uso de algunos ya conocidos para otras patologías
  2. ¿Qué tipos hay? Los ensayos tienen cuatro fases. La mayoría de los que se realizan en el Hospital de A Coruña son de fase III, es decir, se busca ver la eficacia de un determinado compuesto para una enfermedad concreta. Las fases previas o bien se hacen en laboratorio o son para fijar la dosis de un fármaco
  3. ¿Qué áreas son más activas? Oncología (con 120 en dos años), Reumatología (60), Cardiología y Reumatología (30) se sitúan a la cabeza del centro coruñés
  4. ¿Qué fármacos se prueban?De todo tipo. En la actualidad, el Chuac prueba una vacuna para evitar recaídas en pacientes con cáncer de colon y este enero probó un anticuerpo para bloquear la entrada del coronavirus en las células
  5. ¿Qué ventajas tienen?Desde el Chuac resaltan que mejora la asistencia al paciente al que se le da opción de recibir una terapia que igual de otro modo no podía o no al menos en su lugar natal,facilita la gestión eficiente del gasto farmacéutico y mejora el conocimiento sanitario

Pese a que desde la dirección del hospital coruñés se busca que todos los servicios apuesten por la investigación y por ofrecer a sus pacientes lo último en terapias, hay cuatro especialidades que están a la cabeza en ensayos clínicos. Sólo en los últimos dos años, el área de Oncología ha puesto en marcha 120 ensayos clínicos entre sus pacientes. Le sigue Reumatología con 60 en el mismo periodo y Cardiología y Endocrinología, con treinta cada uno, según explica el Chuac.

La pandemia obligó a un parón en algunos ensayos, pero también supuso, según Pedro Marcos, una oportunidad para poner en marcha algunos vinculados al COVID —de los 17 estudios clínicos que se realizaron en el Chuac vinculados al coronavirus, doce fueron ensayos— sin perder de vista el resto de áreas. De hecho, pese a ralentizarse este tipo de proyectos al inicio de la crisis sanitaria, el Hospital de A Coruña cerró 2020 con una cifra récord de ensayos clínicos (144) y ahora mismo rebasa el centenar (118).

Aunque todo depende del tipo de ensayo —en algunos se piden unos requisitos muy concretos que dificulta el encontrar candidatos—, este doctor asegura que los pacientes suelen tener “una buena respuesta”. Eso sí, Marcos destaca que hay que ser muy francos con los pacientes para no generar falsas ilusiones de mejoría o curación —que pueden no darse— y que conozcan todo lo que implica participar en este tipo de pruebas.

“Los pacientes en ensayos tienen más revisiones y esto ayuda a controlar la enfermedad”


Asegura que la investigación es uno de los pilares del Hospital de A Coruña y que desde la dirección se apuesta siempre por estimular a los servicios para que participen en ensayos clínicos,pruebas de nuevos fármacos y dispositivos. Algo que conlleva una labor previa de información y transparencia para que los pacientes sepan a todo lo que se exponen con el ensayo. “Es algo voluntario y no cambia para nada la asistencia clínica que se le vaya a dar. Siempre se espera que el fármaco no le haga ningún daño al paciente y funcione pero siempre hay que llevarlo con transparencia. De hecho hay ensayos ciegos, donde tenemos que recordarles que ni siquiera nosotros sabemos el fármaco exacto que reciben”, indica Pedro Marcos, que recuerda que estos pacientes tienen un mayor seguimiento. “Los ensayos ayudan a tener controlada la enfermedad porque aunque luego el fármaco no sea eficaz, estos pacientes tienen más controles”, señala.