Un hombre con dos condenas que suman más de 26 años de cárcel por pornografía infantil pudo seguir trabajando en contacto con menores al haber recurrido las sentencias, con lo que no aparecía en el Registro de delincuentes sexuales. La Fundación ANAR de ayuda a niños y adolescentes alerta de los agujeros de ese instrumento. “En la justicia española, hablar de recurrir es hablar de años”, se lamenta la directora del departamento jurídico del teléfono ANAR, Sonsoles Bartolomé.

El Registro solo incluye a quienes tienen una condena firme. Desde ANAR piden que se incluyan aunque la pena no sea firme y reclaman que los empleadores soliciten el certificado de antecedentes.El debate surge tras la detención de un hombre por abusar de un niño de 11 años en Cádiz. Era entrenador de fútbol y aunque tenía dos condenas previas, presentó un certificado limpio ya que las había recurrido.