Facilitar la comunicación entre los miembros de la familia con el fin de que puedan solucionar cualquier conflicto o llegar a acuerdos amistosos ante una ruptura o situación que pueda afectar a hijos en común sin tener que llegar a los tribunales. Este es el objetivo del programa de Mediación Familiar que ofrece la Xunta —gratuito si se cumple con una serie de requisitos—, pero que no termina de seducir a los gallegos. Desde que se puso en marcha en 2003 y hasta finales del pasado año solo hubo 239 solicitudes para esta mediación extrajudicial —una media de 14 al año—, de las que se llevaron a cabo 148. De ellas, en el 64% de los casos se llegó a un acuerdo total o parcial entre las partes, según los últimos datos de la Consellería de Política Social. “Hay diferentes tipos de mediación y en general es una figura jurídica poco conocida, pero es una vía muy importante para evitar conflictos posteriores, especialmente cuando hay menores, sin tener que recurrir a la vía contenciosa”, señala la subdirectora xeral de Política Familiar, Infancia y Adolescencia, Cristina Blanco.

El programa de Mediación Familiar extrajudicial arrancó en Galicia hace 17 años y aunque nació con la vocación de ser una herramienta de ayuda a la que recurrir ante cualquier “conflicto en el ámbito familiar”, en la práctica —como reconoce Blanco—, la mayoría de mediaciones tienen como protagonistas a parejas, especialmente en el momento de la ruptura. “Puede ser en un inicio para intentar llegar a acuerdos sin tener que llegar a la vía contenciosa o bien cuando ya hay un proceso judicial pero las partes deciden que mejor optan por la mediación para llegar a acuerdos de mutuo acuerdo”, explica Blanco, que asegura que suelen ser parejas con hijos en común.

  1. ¿Qué es el Programa de Mediación Familiar? Un servicio que ofrece la Xunta con el que se busca ayudar a que las familias puedan resolver por sí solas conflictos sin llegar a los tribunales
  2. ¿Quién puede solicitarlo? Cualquier familia que atraviese una situación problemática que quiera solucionar aunque, en la práctica, la mayoría son parejas que acaban de romper y tienen hijos en común
  3. ¿Quién es el mediador? Son titulados en Psicología o Derecho y con formación específica en este tipo de actividades. Hay una red de 653 en toda Galicia
  4. ¿Cómo son las sesiones? Las partes del conflicto deben acudir de forma voluntaria y es el mediador el que establece sesiones grupales o individuales. Lo habitual es que la negociación dure entre cinco y seis sesiones
  5. ¿Qué tasa de éxito hay? Un 64% de las mediaciones realizadas llegan a un acuerdo

Desde la Xunta recuerdan que recurrir a un mediador —un experto en Derecho o Psicología y con formación específica en este tipo de procesos— es algo que sirve de ayuda para todos los miembros de la familia, pero especialmente para los menores. “Entre los principales objetivos de la mediación está evitar la instrumentalización de los menores, asegurar la protección del interés superior de los niños y su bienestar y favorecer la responsabilidad parental compartida”, indican en Política Social, donde recuerdan que el programa también tiene como finalidad “la búsqueda común de soluciones satisfactorias y duraderas en el tiempo, minimizar el coste emocional que los conflictos suponen para todos los miembros de la familia y mejorar las relaciones tanto en el presente como en el futuro entre las partes en conflicto”.

Una de las claves de esta mediación —que no ocurre con otras como la intrajudicial (donde los participantes lo hacen por orden de un magistrado)— es que es algo voluntario y las dos partes del conflicto tienen que estar de acuerdo en participar. “Es un requisito fundamental porque si no está condenado al fracaso”, indica Blanco.

Los interesados deben presentar una solicitud —puede ser online a través de https://sede.xunta.es— junto a fotocopias del DNI de los miembros de la pareja, del libro de familia, de la inscripción como unión de hecho si es el caso o de la sentencia de divorcio si existe y de la resolución judicial que fija las medidas paterno-filiales de los hijos en común. Una vez aceptada, la pareja podrá elegir a un mediador de entre los 653 que ejercen en toda Galicia —336 en la provincia de A Coruña— o si no llegan a un acuerdo, lo designará de oficio la Dirección Xeral de Familia.

La dinámica de trabajo varía según cada caso. “El mediador es quien conoce la situación de las dos personas que participan y el que establece las pautas a seguir que pueden incluir tanto sesiones conjuntas con los dos miembros de la pareja como individuales”, explica Blanco, quien asegura que aunque la duración del proceso “depende de la evolución de la negociación”, unas cinco o seis sesiones suelen ser suficientes para llegar a un acuerdo.

Porque con la mediación familiar extrajudicial se busca que gracias a la intervención de la figura del mediador — “alguien neutral, imparcial y que actuará de manera confidencial”, indica Política Social— quienes no se ponen de acuerdo sobre cuestiones vitales como aquellas relacionadas con los hijos menores de edad en común o sobre cualquier otro aspecto problemático por la ruptura acaben por llegar a pactos y acuerdos. En la mayoría de los casos es posible. De 148 intervenciones que el programa llevó a cabo desde el año 2003, 95 acabaron con algún tipo de acuerdo —ya sea parcial o total— y 53 sin él, según los últimos datos de la Xunta.


“Es una vía importante para evitar conflictos posteriores cuando hay menores”


La mediación es una figura jurídica presente no solo en el ámbito familiar sino también en el laboral o el mercantil, pero desde la Xunta lamentan que todavía es algo desconocido por la gran mayoría de la población. “Es cierto que la mediación familiar extrajudicial no acaba de despegar, por desgracia, ya que teniendo en cuenta la perspectiva global del derecho de familia es una vía importante para llegar a acuerdos y evitar conflictos posteriores sobre todo cuando hay menores”, explica la subdirectora xeral de Política Familiar, Infancia y Adolescencia, Cristina Blanco, quien asegura que es importante fomentar este tipo de programas, donde un mediador ayuda “a que las partes lleguen a acuerdos por la vía amistosa” ante “cualquier conflicto en el ámbito familiar”. Aunque el programa tiene un coste —a pagar entre los dos participantes— puede ser gratuito para quienes tienen derecho a la justicia gratuita en la comunidad gallega, algo que depende de la renta de cada hogar.