Investigadores del Hospital Clínic, Vall d’Hebron y Parc Taulí de Sabadell (Barcelona) han demostrado que el COVID-19 tiene capacidad para dañar la placenta de las embarazadas, aunque es poco frecuente: en el 4,5% de las contagiadas, el virus infecta a este órgano. Las muertes fetales que se le pueden atribuir son un 2,5%. Los investigadores analizaron las placentas de cerca de 200 embarazadas de entre 24 y 39 años infectadas por el coronavirus, en un estudio liderado por el doctor Alfons Nadal, del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Clínic y miembro del grupo de patología molecular inflamatoria y de tumores sólidos del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi Sunyer (IDIBAPS). Del grupo estudiado, resultaron nueve casos de placenta infectada por SARS-CoV-2 (4,5%), en cinco de los cuales se produjo la muerte intrauterina del feto (2,5%).

El estudio, publicado en Modern Pathology, demuestra que la infección del tejido placentario se acompaña de una necrosis del trofoblasto, una capa de células que provee nutrientes desde la madre al feto dentro del útero. También produce un colapso del espacio intervelloso, la parte de la placenta ocupada por sangre materna.