Si nada se tuerce, en menos de dos semanas Galicia recuperará la “normalidad”. Al menos, en lo que a restricciones se refiere, avanzó el martes el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, quien emplazó a los gallegos a aguardar “15 días más” para decir adiós (o hasta luego) a las limitaciones actuales, fundamentalmente, de aforos y horarios. Las reglas de higiene y distancia de seguridad, así como el uso de la mascarilla, se mantendrán durante un tiempo indeterminado, aunque ninguno de los especialistas consultados por este diario se atreve a aventurar hasta cuándo. La evolución de la pandemia determinará, como viene siendo habitual, los próximos meses. Y el papel de los ciudadanos, de nuevo, será clave.

La catedrática de Inmunología África González celebra la eficacia de la vacunación frente al COVID. “La Ciencia nos está ayudando a salir de esta pandemia”, reivindica la experta, quien, no obstante, insta a “seguir atentos, secuenciando las variantes que surjan, analizando las aguas residuales (que han mostrado ser un buen medidor de la presencia del virus), manteniendo el uso de la mascarilla en lugares cerrados, ventilando frecuentemente e intentando hacer todo lo que podamos al aire libre”. “Me parece oportuno que los epidemiólogos valoren la incidencia y que las medidas se vayan ajustando y relajando lentamente. Hay que ser flexibles para ir adaptándonos a las nuevas situaciones. Siempre, eso sí, con cautela. Israel, por ejemplo, tuvo que dar marcha atrás”, recalca.

En el momento actual, González es partidaria de seguir el ejemplo de países de nuestro entorno, como Portugal, que han eliminado el uso de la mascarilla al aire libre. “En lugares cerrados, se ha demostrado que la mascarilla es la medida más eficaz, junto a una buena ventilación del local y evitar aglomeraciones. Sin embargo, en exteriores, con poca gente, el riesgo de contagio, según diversos estudios, es mucho menor. Por tanto, me parece una medida adecuada”, apunta la catedrática de Inmunología, quien considera (y aplaude) que las medidas de higiene respiratoria “hayan venido para quedarse”. “Sobre todo en época de frío y lluvia, el uso de mascarilla nos va a proteger no solo del SARS-CoV-2, sino de otros patógenos, como los que producen la gripe, el catarro común y bacterias como la Mycobacteria tuberculosis; y también evitaremos contagiar a otras personas (si vamos de visita a residencias, hospitales, centros de salud, etc.)”, destaca.

Optimista, aunque prudente, se manifiesta también Mar Tomas Carmona, microbióloga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología. “Estamos en una situación de endemia por COVID, es decir, en convivencia con el virus, pero gracias a la elevada cobertura vacunal, la mayoría de las infecciones son asintomáticas o leves, sin provocar importantes brotes, por el momento. Esperemos mantenernos así durante el otoño y el invierno, sin incremento de los ingresos, ni saturación de los hospitales ni de los servicios de Atención Primaria”, señala la doctora Tomás, quien considera “adecuada” la decisión de aliviar las restricciones, que “deben establecerse o mantenerse en función de la situación epidemiológica”. No obstante, insta a “no confiarse”, puesto que el SARS-CoV-2 “sigue entre nosotros”.

Respecto a la continuidad de las mascarillas, la microbióloga del Chuac ve “prudente” mantener su uso en otoño e invierno, “debido a la mayor carga de virus durante estos periodos del año, así como a la mayor vida social en interiores”. “Además, los menores de 12 años no están vacunados y debemos seguir protegiéndolos con el cubrebocas, la ventilación y la distancia social”, recomienda.

Por su parte, el profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública Juan Gestal afirma que, “salvo que ocurra algo inesperado”, estamos ya “en el final de la pandemia de COVID en Galicia y España”. “Llegando a la nueva normalidad, con una proporción muy elevada de población vacunada y cada vez menos fuentes de infección (casos activos), por lo que poco a poco el SARS-CoV-2 irá dejando de circular”, estima este experto, quien considera que el momento actual es el idóneo para comenzar a eliminar restricciones. “Al principio puede producirnos una sensación de cierta desprotección, al abandonar una serie de medidas que nos daban seguridad. Debe hacerse, en todo caso, con mucha prudencia”, subraya.

Pese a todo, el profesor Gestal recuerda que la pandemia de COVID, en el mundo, “aún no ha terminado”. “El virus sigue circulando en muchos países, y la situación tampoco es igual en todas las comunidades autónomas, por lo que puede llegar a Galicia alguna persona infectada y ocasionar, puntualmente, algún pequeño brote que habrá que detectar precozmente y controlar”, expone el profesor emérito de Medicina Preventiva, quien considera que la situación epidemiológica actual permite eliminar el uso de la mascarilla al aire libre “salvo, de momento, en actos multitudinarios, como los partidos de fútbol”. “En interiores, aún deben mantenerse, durante algún tiempo, tanto el uso de la mascarilla (FFP2), como las medidas de ventilación y control de CO2. Podría abandonarse cuando el virus ya no esté circulando en nuestra comunidad o, dicho de otra manera, cuando ya no haya casos”, refiere.

Tercera dosis de la vacuna: proteger a los más vulnerables sí, pero “en todo el planeta” 

Galicia simultaneará la administración de la tercera dosis contra el COVID a mayores de 70 años con la vacunación antigripal, confirmó el miércoles el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, quien avanzó que la fecha que se maneja para iniciar la doble campaña es el próximo día 25. Expertos gallegos consultados por este diario se muestran conformes con la decisión de combinar ambos pinchazos, aunque algunos cuestionan que se vacune contra el COVID, por tercera vez, a una parte de la población española cuando en muchos países subdesarrollados la tasa de cobertura vacunal contra esa infección ni siquiera alcanza el 10%, objetivo fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre ellos, Juan Gestal, profesor emérito de Medicina Preventiva, quien considera “egoísta” la medida.

“Creo que se podía esperar un tiempo hasta que, al menos, todos los países tuvieran a un 10% de su población completamente vacunada, como había propuesto la OMS. De momento, con dos dosis estamos todos bien protegidos, siendo solo necesaria en aquellos que por estar recibiendo tratamiento inmunosupresor han respondido peor a la vacuna”, argumenta el profesor Gestal. No obstante, si se administra una tercera dosis, sí le parece correcto simultanearla con la vacunación antigripal. “Administrarla conjuntamente me parece lo más acertado, pues incrementará la proporción de vacunados de gripe y agilizará ambos procesos”, señala.

Partidaria de esta medida se muestra, también, la catedrática de Inmunología África González, quien asegura que, desde el punto de vista inmunológico, “no supone un problema” simultanear dos pinchazos, algo que, recuerda, “ya se hace, de forma habitual, en la vacunación infantil”. Y aunque reconoce que “aún no hay datos de esa combinación concreta”, considera que al tratarse de “dos vacunas muy diferentes”, es “previsible” que no haya interferencia entre ellas y que se registren “pocos efectos secundarios”. “Una opción sería poner las inyecciones con un intervalo de algunas semanas entre una y otra. En el caso de hacerlo el mismo día, se podrían inocular en brazos diferentes”, apunta.

También ve “factible” administrar al mismo tiempo la tercera dosis contra el COVID con la vacuna antigripal Mar Tomás Carmona, microbióloga del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología. En este sentido, la doctora Tomás recuerda que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) “destaca que debe ser prioritaria la vacunación por COVID en el caso de no tener la pauta completa o de estar en el grupo prioritario de inmunodeprimidos o mayores de 70 años, dejando la vacuna de la gripe para finales de octubre”. Además, insiste en que la vacuna contra la gripe es “segura en pacientes que han superado el COVID”.

Por otro lado, considera que “lo ideal” sería “una respuesta global en las campañas de vacunación, con el fin de prevenir el desarrollo de variantes del virus”. No obstante, incide en que “se debe proteger a los pacientes inmunodeprimidos y/o con importantes enfermedades de base, incluyendo mayores de 70 años”.

A este respecto, África González señala que las vacunas contra el COVID “siguen siendo muy eficaces para proteger frente a la enfermedad grave”, por lo que “no está por ahora justificado ampliarlo a la población general”. La catedrática de Inmunología alude, en este sentido, a un estudio publicado recientemente en The Lancet. Tras analizar diversas vacunas, esa investigación constata “que todas ellas siguen manteniendo muy buena protección frente a la hospitalización y gravedad de la enfermedad”. “Hay excepciones, como el caso de inmunodeprimidos y personas con inmunosenescencia, a quienes las vacunas pueden no haber inducido una respuesta potente y una tercera dosis puede completar su pauta, activando su inmunidad”, expone.

También recuerda que la OMS “ha insistido en que es prioritario vacunar a la población mundial, protegiendo a las personas vulnerables, antes de aplicar una tercera dosis seis meses después de las primeras inoculaciones”, y sentencia: “Lo lógico sería vacunar a todos los mayores de 65 años y personal vulnerable, pero en todo el planeta”.