Galicia pondrá la próxima semana fin al estado de emergencia sanitaria que activó hace 19 meses en respuesta a la irrupción del COVID-19, decisión que se produjo un día antes de que el Gobierno central decretase el estado de alarma. Este será uno de los anuncios que mañana planteará el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en el Debate sobre el Estado de la Autonomía que finalizará el viernes en la Cámara gallega.

Se tratará del primer encuentro sobre política general tras la aparición del SARS-CoV-2, pues el año pasado no se celebró debido a la celebración de las elecciones autonómicas en julio, que generó una sesión de investidura de similares características. La sanidad y la reactivación económica centrarán el discurso de Feijóo, según fuentes del Ejecutivo.

El fin del estado de emergencia sanitaria supondrá de forma simbólica el inicio de una nueva etapa en la cohabitación con el virus, marcada por el levantamiento progresivo de las restricciones, la vacunación masiva y la caída de casos activos. “Se ve la luz al final del túnel”, ilustran desde la administración.

Esa declaración permitía a la Xunta no solo aplicar restricciones en aforos o cierre de actividades, extremo que puede utilizar blandiendo la Lei de Saúde, sino que también la facultaba para reordenar sus propios servicios públicos o la intervención de los hospitales privados, que quedaban supeditados a las necesidades públicas.

Cerrada esa página, a pesar del mantenimiento del uso de la mascarilla en esta “nueva normalidad, el titular de la Xunta afrontará su décimo debate de este tipo desde que asumió la Presidencia en 2009 con la intención de plasmar las líneas de actuación para afrontar la reactivación económica y la prometida mejora de la Atención Primaria sanitaria.

La crisis industrial y energética, con el cierre de factorías como la térmica de As Pontes o de Alcoa, y el reparto de fondos europeos Next Generation centrarán su intervención, así como la necesidad de reformar el modelo de financiación autonómica, caducado en 2014.

Feijóo también aprovechará la conmemoración del cuadragésimo aniversario del Estatuto de Autonomía de Galicia para ensalzar, de nuevo, la “estabilidad” política de la comunidad, que ha recuperado un Parlamento con tres formaciones por primera vez desde 2012, frente a la inestabilidad estatal.

Para destacar ese punto, se defenderá la aprobación en tiempo y forma de las cuentas gallegas para 2022, a pesar del reciente fallecimiento del conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez.

Enfrente, la oposición tratará de hacer visible un proyecto alternativo al del PPdeG, aunque llegan a la cita en diferentes momentos. El BNG se encuentra en su pico electoral, con 19 escaños, y el asentado liderazgo de Ana Pontón, a pesar de que haya pedido tiempo para decidir si repite al frente de la formación a partir de la asamblea del próximo 7 de noviembre. Nadie en el Bloque concibe que dé un paso atrás. Por su parte, el PSdeG llega a la cita en plena campaña de las primarias que enfrentarán a Gonzalo Caballero, actual secretario xeral, con Valentín González Formoso.

El Bloque centrará sus propuestas en reclamar “más capacidad de decisión” para afrontar la reactivación económica, según anunció Olalla Rodil. También defenderá mayores recursos para Atención Primaria y dotar de un 3% de los presupuestos a la I+D+I.

Por su parte, Gonzalo Caballero adelantó que “es tiempo de hablar de Galicia de marcar las pautas de la reactivación”, que pasa por la “defensa del Estado del bienestar”. “Galicia no puede seguir perdiendo oportunidades”, dijo ayer, culpando a una Xunta de Feijóo “desbordada”.

Por su parte, el portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, avanzó que acudirán a la sesión con “actitud de diálogo” para tratar de consensuar el mayor número de propuestas. En todo caso, defendió que la Xunta cuenta con “una dirección clara y estable”.