Rusia se anotó ayer otro récord de nuevos casos de COVID-19, con 36.339, y de muertes en 24 horas, con 1.036, mientras que ha aparecido una nueva subvariante de la cepa delta, que se considera más infecciosa aún, informaron las autoridades sanitarias. Los mayores incrementos se notificaron en Moscú (7.897), San Petersburgo (3.280) y en la región de Moscú (2.318).

Las autoridades de Moscú decretaron ayer 11 días de vacaciones retribuidas y el cierre de los servicios no esenciales del 28 de octubre al 7 de noviembre para frenar el avance del coronavirus, que lleva más de tres semanas marcando récord de contagios y muertes. Solo estarán abiertos los servicios esenciales como las farmacias, las tiendas de alimentación y los de venta de otros bienes de primera necesidad.

El organismo ruso encargado de la protección del consumidor informó ayer además de la aparición en Rusia de la nueva subvariante de la variante delta, la AY.4.2, que es más contagiosa y podría sustituir a la variante inicial, según señaló ayer el experto Kamil Khafizov. “Probablemente sea un 10% más contagiosa, según estudios extranjeros, que la variante delta original. No es mucho si lo comparamos con el 50%-60% que vimos cuando aparecieron las variantes alpha y delta”, indicó. El problema al que se enfrenta Rusia, sin embargo, es una baja tasa de vacunación —sobre todo por desconfianza— y el incumplimiento de muchos rusos de las medidas sanitarias, como por ejemplo llevar la mascarilla debajo de la nariz.