La cirugía robótica se abre camino lenta, pero segura, en los quirófanos del Hospital Universitario de Coruña (Chuac). Desde que el pasado 20 de julio el centro de As Xubias estrenase uno de los siete equipos Da Vinci de última generación instalados en la sanidad pública de Galicia, este cirujano 4.0 con nombre renacentista había efectuado solo extracciones de tumores prostáticos, su principal indicación en urología. La previsión de la dirección médica del hospital es incrementar su uso, progresivamente, a otras especialidades, y la pasada semana se dio un nuevo paso en esta dirección al empezar a operar tumores colorrectales mediante esa tecnología.

“Arrancamos el viernes de la semana pasada, y en las dos primeras fases nuestra intención es llevar a cabo uno o dos procedimientos por sesión. Lo estamos haciendo así, de forma escalonada, para primar la seguridad de los pacientes”, explica el jefe de Cirugía general del Chuac, el doctor José Noguera, quien especifica que los profesionales de su Servicio se pondrán a los mandos de Da Vinci para intervenir, “casi exclusivamente”, enfermedad oncológica. “Si nos encontramos ante algún caso complicado de otra patología que se pueda beneficiar también del robot, no dudaremos en usarlo, pero en principio vamos a operar con Da Vinci tumores. Esta tecnología ha demostrado ser muy ventajosa para la limpieza de los ganglios linfáticos y del tejido cercano a los grandes vasos, de ahí que primemos su uso en la cirugía oncológica”, señala el especialista coruñés.

La decisión de estrenar el robot con el cáncer colorrectal se debe a que “su incidencia es mucho mayor que la del resto de tumores”, apunta el doctor Noguera, quien, no obstante, asegura que, en fases venideras, operarán “cáncer de hígado y páncreas”, y también “de esófago y estómago”, mediante esa tecnología. “Empezamos con el cáncer colorrectal porque es el más frecuente, de ahí que en nuestra especialidad Da Vinci se vaya a destinar, sobre todo, a intervenir este tipo de tumores, lo cual no significa que, de aquí a final de año, no vayamos a operar ningún caso de cáncer pancreático con el robot”, indica el responsable de Cirugía general del Chuac.

La experiencia inicial con Da Vinci está siendo “muy satisfactoria”, subraya el doctor Noguera, quien calcula que, “si todo va según lo previsto”, los cirujanos de su Servicio podrían llegar a operar “a unos 300 pacientes”, cada año, mediante esa tecnología. “Lo habitual es llevar a cabo dos sesiones por semana, lo que se traduce en un centenar de casos anualmente. No obstante, la idea es realizar sesiones prolongadas, ya que Da Vinci es una tecnología muy costosa (tanto el aparato en sí, como su mantenimiento) y hay que hacerla funcional. Por eso, operaremos de forma continuada, en horario de mañana y tarde, y así esperamos intervenir a tres pacientes por sesión, pudiendo alcanzar los 300 cada año”, destaca.

Al tratarse de una tecnología 3D, Da Vinci permite a los cirujanos que lo manejan tener una visión magnificada, como si navegasen por el interior del cuerpo del paciente. Además, tiene otra tecnología que mejora los movimientos del facultativo, al poder girar 360 grados. Sin embargo, y pese a sus evidentes ventajas, el robot no suple, en ningún momento, al cirujano. Y aunque mejora el posoperatorio, el doctor Noguera insta a “ser cautelosos” con esta cuestión. “Los enfermos operados con Da Vinci tienen un poco menos de dolor posoperatorio, pero la reducción de la estancia hospitalaria, con respecto a los intervenidos mediante laparoscopia convencional, es muy marginal”, sostiene el jefe de Cirugía general del complejo hospitalario coruñés, quien reconoce que sus pacientes “no son muy conocedores, aún, de la existencia de la cirugía robótica”, de ahí que al comunicarles que van a ser intervenidos mediante esa tecnología “lo más importante” sea transmitirles que “se les va a hacer un cirugía de calidad”, con independencia del método empleado.

“Lo que priorizan los enfermos oncológicos es, sobre todo, la rapidez y, en este sentido, siempre les aclaramos que el uso del robot no va a retrasar, en ningún caso, la intervención. A partir de ahí, es cuando se empiezan a interesar más por otro tipo de cuestiones, como el confort posoperatorio o la reducción de la estancia hospitalaria, pero tampoco se trata de venderles esto. Lo más importante es que entiendan que, tanto la robótica como la laparoscopia, son técnicas mínimamente invasivas, y que recurrir a una u otra depende de múltiples factores. Entre ellos, la disponibilidad del momento. Con la laparoscopia, realizada por manos expertas, les puede ir igual de bien que con el robot”, reitera.