Un niño de 8 años, con una compleja cardiopatía denominada síndrome de Shone, se recupera ya en su domicilio tras recibir un trasplante de corazón, el pasado mes de septiembre, en el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). La enfermedad, detectada al pequeño durante la gestación, se caracteriza por afectar a todas las cavidades y estructuras del lado izquierdo del corazón. Aunque el niño no reside en el área sanitaria coruñesa, desde el diagnóstico, el caso ha sido llevado por los equipos de la Unidad de Cardiología Infantil del Materno, centro de referencia para el abordaje de estas dolencias.

“El síndrome de Shone es una patología cardiológica muy grave que afecta a todas las cavidades y estructuras del lado izquierdo del corazón. Conocíamos que este niño estaba aquejado por esta dolencia desde la etapa fetal, pues nos remiten a los pacientes de toda Galicia con sospecha de cardiopatía en edad fetal, lo cual permite que coordinemos el parto desde aquí para que los afectados tengan una asistencia especializada ya en los primeros días de vida, porque estamos hablando de una enfermedad potencialmente mortal”, explica Fernando Rueda, cardiólogo infantil del Servicio de Pediatría del Materno, quien detalla que este pequeño, en concreto, fue intervenido por primera vez por los especialistas del hospital coruñés “a los tres días de nacer”, y antes del trasplante “acumulaba ya seis cirugías”, algo inusual en este tipo de situaciones. “Llevaba casi dos años y medio a la espera de recibir un nuevo corazón, que finalmente llegó en septiembre, gracias a la solidaridad de una familia que, probablemente en uno de los peores momentos de su vida, tras perder a un ser querido, dijo ‘sí’ a la donación”, reivindica.

El trasplante, llevado a cabo por José Cuenca, Carlos Velasco y María García Vieites, jefe de servicio y adjuntos de Cirugía Cardíaca del Chuac, respectivamente, fue especialmente dificultoso debido al historial quirúrgico del niño intervenido. “Este trasplante cardíaco infantil ha sido, quizás, el más complejo de todos los realizados hasta ahora en nuestro hospital. El hecho de que el paciente acumulase seis intervenciones previas complica mucho la cirugía, por las adherencias que se producen”, subraya el doctor Velasco, quien además especifica que, debido a la evolución de su enfermedad, el pequeño trasplantado presentaba hipertensión pulmonar severa, “lo cual dificultó mucho, también, la elección del donante adecuado”.

Con esta operación, el Materno de A Coruña suma 35 trasplantes cardíacos infantiles, un tipo de cirugía que el centro coruñés inició en marzo del año 2000. Se trata, además, de la primera operación de ese tipo llevada a cabo en el hospital coruñés desde el inicio de la pandemia de COVID, pese a que “el programa de trasplante cardíaco infantil no se interrumpió en ningún momento”.

“Si hubiese aparecido un corazón compatible se hubiese intervenido antes a este niño, pero no fue así. Para este caso no servía cualquier donante, y como la situación clínica del paciente nos daba margen, optamos por esperar hasta que apareciese un órgano ideal”, apunta Fernando Rueda, quien reivindica que este tipo de operaciones, “de alta complejidad”, ponen de manifiesto “la importante colaboración entre las diferentes unidades” del complejo coruñés, y “la alta especialización” de sus profesionales.