Desde antes incluso de que la Lomloe pasase del dicho al hecho y se convirtiese en una ley aprobada, Galicia anunció su resistencia. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguraba ya el año pasado que su Ejecutivo buscaría que la denominada ley Celaá, tuviese la “mínima aplicación posible” en la comunidad, proclamando que en Galicia se distingue “entre aprobar y suspender”. Esas mismas razones llevaron ayer al mandatario a cuestionar el decreto que, al amparo de dicha normativa, regula cómo se evalúa, se pasa de curso y cómo se titula y en el que se desliga la promoción en ESO solo del número de suspensos y se deja en manos de una decisión colegiada del equipos docente y además se permite ir a selectividad con un suspenso en Bachillerato en ciertas circunstancias. Para Feijóo, esta legislación es una “decisión muy mala” “desde el punto de vista educativo” y “jurídico” y la Xunta “está valorando la posibilidad de recurrirla”, teniendo en cuenta, alegó tras el Consello, que el Ejecutivo que preside entiende “que hay una invasión de competencias”.

Horas antes de que Feijóo compareciese tras la reunión semanal de su gabinete para dar cuenta de acuerdos y balances, ya había compartido con la ministra de Educación, Pilar Alegría, la inauguración de la feria de talento y empleo Talentia Summit 2021, en Santiago, donde ambos escenificaron en cambio sus discrepancias en torno a la concepción de la enseñanza. En ese foro Núñez Feijóo defendió la necesidad de motivar al alumnado sin “minar el esfuerzo” y, con él, la “excelencia” del sistema, mientras la actual responsable de la cartera de Educación, que sacó adelante la normativa que también implica obviar los exámenes de recuperación en la etapa de secundaria, abogó por un debate “sereno y constructivo” sobre educación y recordó, citando a Andreas Schleicher, “padre del informe PISA”, que el sistema tiene que preparar a los estudiantes “para el futuro” y no para el pasado. “El reto para todos los sistemas educativos es preparar a las nuevas generaciones para el mundo que está emergiendo, no para un mundo que poco a poco está dejando de existir”, recalcó.

“El camino que iniciamos en España”, tanto con la Lomloe como con su concreción en el recién aprobado real decreto de evaluación, promoción y titulación, sostuvo la ministra, “va en esa dirección”. Alegría defendió la reforma del sistema educativo emprendida por el Gobierno y aprobada, dijo, “con mayoría absoluta”, que se pone como meta cambiar el actual modelo de enseñanza, basado en la acumulación enciclopédica y memorística de datos, por un modelo dinámico que responda a las necesidades del nuevo paradigma social y productivo, basado en la capacidad de aplicar y dar sentido a los conocimientos. Se trata, según destacó, de avanzar hacia “un modelo de competencias” y de fomentar la comprensión sobre lo aprendido, a “trabajar en equipo” y de ser “ciudadanos solidarios y con pensamiento crítico”. Asimismo, proclamó que, pese a que surjan “dudas e incertidumbres”, el sistema educativo “siempre ha estado a la altura”.

A la Xunta no le convencen los argumentos. Tras el Consello, Feijóo, preguntado al respecto, opinó que se trata de una decisión “muy mala” y que crea “enormes incertezas” en la educación. “Porque estamos disminuyendo la capacidad del esfuerzo de los alumnos y porque estamos restando autoridad a los profesores”, reprochó. A su juicio, en lo tocante a la reforma educativa, “el Gobierno lleva meses dando bandazos, engañando a las autonomías porque no consensuamos esa legislación”.

“La ministra anterior tenía un proyecto, con la ministra nueva se nos dijo que iba a haber otro proyecto y, al final, este proyecto y el anterior convergen en la misma cuestión: que da igual aprobar que suspender, que da igual estudiar que no estudiar, y espero que dentro de poco no dé igual presentarse a un examen que no presentarse”, lamentó. Para Feijóo, “la cultura del esfuerzo es imprescindible” para cualquier actividad y más aún en la educación. A su juicio, como manifestó en el Talentia Summit, el talento “se cultiva o se marchita” y la educación es una garantía de inserción en el mundo laboral, de ahí que Galicia se proponga que su sistema educativo sea “el cofre que cuide, lustre y cultive ese tesoro”.

Pero el Gobierno gallego no se limita únicamente a considerar la filosofía de la normativa un “error” y a advertir de su impacto “negativo” sobre las familias y, “sobre todo”, unos estudiantes que “van a tener una menor formación que sus predecesores”, sino que también está analizando la situación “jurídicamente” para estudiar si la recurre. “El objetivo de Galicia es disminuir el abandono escolar y hemos conseguido en los últimos años disminuirlo del 25% al 11%. Parece que el objetivo del Gobierno central es bajar el nivel escolar, por tanto no podemos estar de acuerdo. ¿Qué estamos haciendo? Analizando la situación jurídicamente”, explicó. “Entendemos que hay una invasión de competencias y entendemos que un Ministerio no puede unilateralmente decidir el sistema educativo en un país en el que la competencia en educación constitucional le corresponde a las comunidades autónomas”, argumentó el mandatario gallego.