La quinta ola de la pandemia de COVID ya fue distinta a las anteriores en el área sanitaria de A Coruña y Cee, y la sexta parece seguir la misma dirección, al menos por ahora y gracias, principalmente, a la elevada cobertura vacunal de la población. La demarcación coruñesa encadena dos días por encima del centenar de nuevos contagios de SARS-CoV-2 y se acerca al millar de infecciones activas —ayer sumaba 911, según los datos del balance diario del Servizo Galego de Saúde (Sergas)—, pero la presión hospitalaria se mantiene estable, con 23 enfermos con coronavirus ingresados, de los cuales cinco están en cuidados intensivos (UCI) —cuatro en el Hospital Universitario (Chuac) y uno en el HM Modelo—, y 18 en planta —todos en el Chuac—.

La alta tasa de vacunación y el avance en la administración de la tercera dosis (esta semana empezaron a recibirla los ciudadanos de 60 a 69 años) atenúan el impacto de esta sexta ola en los hospitales coruñeses, no obstante, en la calle el SARS-CoV-2 gana terreno. Las 911 infecciones activas registradas ayer suponen 73 más que en la jornada anterior. La incidencia del coronavirus aumenta también en Galicia, donde por segundo día consecutivo los nuevos infectados fueron más de medio millar (en concreto, 522), si bien más de la mitad corresponden a las áreas sanitarias de Vigo y Ourense, con 189 y 137 nuevos positivos, respectivamente.

En el área sanitaria de A Coruña y Cee se detectaron 114 contagios a través de las 1.910 pruebas diagnósticas realizadas —1.323 PCR, 564 test de antígenos y 23 muestras de saliva—, lo que deja la tasa de positividad en la demarcación coruñesa en un 5,9%, sin cambios con respecto al día anterior y casi un punto por encima del umbral establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para considerar la pandemia bajo control.

Los especialistas consultados por este diario insisten en que las próximas semanas serán claves para el devenir de esta sexta ola, en el conjunto de España, pero también en Galicia y, por supuesto en la demarcación coruñesa. Y con el puente de diciembre a la vuelta de la esquina, y las fiestas navideñas en el horizonte, hacen una nueva llamada a la prudencia. El jefe del Servicio de Microbiología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Germán Bou, advertía ayer en estas páginas de que diciembre “es un mes complicado en lo social”, en el que, además, “se hace más vida en espacios cerrados por las bajas temperaturas”, lo cual “favorece que aumenten los contagios”.

“Esto es una evidencia, lo constatamos el año pasado con el propio SARS-CoV-2 y lo vemos cada temporada con la gripe y otros virus”, avisaba el doctor Bou, quien insistía en que “las medidas de higiene respiratoria son claves” en el actual contexto. “El uso de la mascarilla es, por supuesto, absolutamente obligatorio en interiores y previene muy bien la transmisión, pero también deberíamos llevarla en espacios abiertos, cuando la distancia social no se pueda mantener. Quitársela solo para comer y beber, e intentar ser lo más rigurosos y disciplinados posible. Hay que volver a incidir en este mensaje. Las vacunas protegen de la enfermedad grave, pero no del contagio, y las mascarillas sí se muestran eficaces para prevenirlo. Por tanto, hay que utilizarlas sí o sí”, remarcaba el experto.