“En la diversidad está la riqueza, y deseamos comprensión y apoyo para poder vivir y elegir cómo hacerlo”. Con esta declaración de intenciones arranca el manifiesto elaborado por usuarios de las casi 90 entidades gallegas participantes, este año, en la iniciativa Baixo o mesmo paraugas, que ayer volvió a llenar de color (pese a lo gris del día) y reivindicación la plaza de María Pita para conmemorar el Día mundial de la Discapacidad. En un acto en formato reducido, por la situación sanitaria, Miguel, Helen, Mila, David y Patricia alzaron la voz en nombre del colectivo para exigir un sistema laboral que los tenga “presentes”, una atención sanitaria “competente” y una “accesibilidad universal” para “favorecer una inclusión real”.

Lectura del manifiesto del Día mundial de la Discapacidad, ayer, en la plaza de María Pita.

Deseamos ser felices. Tener una educación que nos atienda y nos entienda. Que respeten nuestro derecho a tener una pareja o formar una familia. Que no nos traten como niños si somos adultos. Que se dirijan a nosotros cuando nos hablen. Tener los mismos derechos en las ciudades que en el medio rural”, fueron algunas de las demandas que resonaron en el pórtico del palacio municipal de A Coruña, donde representantes del colectivo de las personas con discapacidad y autoridades se tuvieron que resguardar de la incesante lluvia que cayó, durante buena parte de la mañana, en la ciudad. La alcaldesa, Inés Rey, y la concejala de Benestar Social, Yoya Neira, arroparon al colectivo con su participación en el acto, en el que el gerente de Aspace Coruña, Ricardo Iglesias, destacó la “ increíble fuerza del movimiento asociativo”, que tiene detrás de sí a más de 44.000 personas, entre usuarios, familias, profesionales, voluntariado y socios. “Somos una gran red que persigue unos fines comunes: la plena inclusión, la eliminación de barreras, no solo físicas, sino también cognitivas y sobre todo sociales”, subrayó.

Fotografía subida a las redes sociales por un participante en la iniciativa 'Baixo o mesmo paraugas'. L. O.

Inés Rey, por su parte, aseguró que el Ayuntamiento y toda la corporación municipal coruñesa “trabajarán siempre por una ciudad más inclusiva” y reivindicó que las personas con discapacidad “tienen mucho que aportar”.

El acto finalizó con el alzamiento de los paraguas de colores, símbolo de este movimiento surgido en A Coruña hace apenas seis años y que ya se ha extendido a buena parte del territorio gallego. Marga Garrido, gerente de la Fundación Adcor, una de las entidades coruñesas impulsoras de Baixo o mesmo paraugas, explica que el objetivo de la iniciativa es “unir fuerzas para visibilizar la discapacidad” y hacer sonar más alto sus reivindicaciones durante todo el año, pero especialmente el 3 de diciembre, cuando se celebra su Día mundial. “Con independencia del colectivo con discapacidad al que cada uno de nosotros atienda, todos tenemos las mismas problemáticas y necesidades”, recalca Garrido, quien confía en que, pese a la pandemia de COVID, “se continúe avanzando y todos los ciudadanos puedan seguir teniendo, cada día, más igualdad, los mismos derechos e iguales oportunidades, con independencia de si tienen una discapacidad o no. Es muy importante que todos tengamos claro que somos personas con discapacidad en potencia, porque en cualquier momento podemos sufrir una enfermedad incapacitante, un accidente...”, destaca.

Fotografía subida a las redes sociales por una participante en la iniciativa 'Baixo o mesmo paraugas'. L. O.

En la misma línea, María Abraldes, coordinadora de la Asociación AIND, otra de las entidades pioneras de Baixo o mesmo paraugas, explica que la finalidad de ese movimiento es “dar voz a todos los deseos y demandas de las personas con discapacidad, exigir la igualdad en derechos y oportunidades para este colectivo y reivindicar una sociedad diversa y plural, que se fije más en las capacidades que sí tienen y en su talento”. “Exigimos una sociedad diversa y plural, sin discriminaciones ni barreras, y cuestiones tan básicas como la accesibilidad plena en espacios públicos y privados. En definitiva, una inclusión real, que garantice a las personas con discapacidad acceder a un puesto de trabajo en condiciones de igualdad. Para conseguirlo necesitamos, no obstante, un mayor apoyo de las administraciones”, resalta.