La pandemia de COVID ha sacudido la salud mental del planeta. A la amenaza del propio SARS-CoV-2, que deja un reguero de enfermedad, muerte y sufrimiento, con más 264 millones de infectados y 5,23 millones de fallecidos en todo el mundo, se unen las consecuencias de la emergencia sanitaria en el sistema de salud, entre ellas, el impacto en las intervenciones y consultas médicas que obligó a posponer, sobre todo durante el confinamiento domiciliario de la primera ola. El coronavirus aplazó diagnósticos, sembró miedos y avivó angustias, dando impulso a una epidemia de mala salud mental que los especialistas, a pie de consulta, veían venir en la primavera de 2020 y que, a estas alturas, es ya una realidad.

El jefe del Servicio de Psiquiatría del área sanitaria de A Coruña y Cee, Manuel Serrano, constata que, entre enero y septiembre de este año, “se ha disparado casi un 25% la descompensación de situaciones previas” al COVID, “ya más o menos estabilizadas”, en pacientes con problemas de salud mental graves y crónicos. “Han aumentado, también, las conductas de evitación y las fobias, de manera que nos encontramos con más pacientes con dificultades para salir a la calle o seguir su ritmo de vida habitual. Y se han acrecentado, asimismo, los cuadros de apatía, cansancio, falta de ilusión, agotamiento...”, detalla el doctor Serrano, quien apunta que otro síntoma que los especialistas coruñeses del área de la salud mental están viendo “con mucha frecuencia” en sus consultas es “el incremento de la irritabilidad”, sobre todo, en la interacción social. “Esta problemática se da en dos vertientes. Por un lado, hay personas que sufren la irritabilidad del entorno y, por otro, están las que son irritables con los demás, es decir, la situación inversa. Nosotros atendemos a ambos perfiles, puede que incluso más el segundo. Semeja que mucha gente está proyectando su disconformidad hacia el otro”, señala.

El responsable de Psiquiatría de la demarcación sanitaria coruñesa especifica que, en los nueve primeros meses de este año, los especialistas del área de consultas externas del Servicio que dirige atendieron “2.500 primeras consultas más, tanto de psiquiatría como de psicología”. En “sucesivas revisiones”, sostiene, han sido “7.000 más”. “A medida que se ha ido recuperando la presencialidad, ha aumentado más la demanda”, subraya el doctor Serrano, quien insiste en que, a lo largo de este 2021, “se ha ido consolidando” ese incremento que, apunta, ya empezaron a notar “en septiembre de 2020”.

Para dar respuesta a esa demanda, cada vez más creciente, el área sanitaria de A Coruña y Cee cuenta con 15 unidades extrahospitalarias de Salud Mental para adultos tras sumar, el pasado verano, un nuevo servicio de ese tipo en el centro de salud A Covada de Oleiros. Integrado por dos psiquiatras, un psicólogo clínico, un trabajador social y personal de enfermería especialista en Salud Mental, el equipo del ambulatorio oleirense se unió a los de las unidades existentes ya en el centro de especialidades de O Ventorrillo (5), Abente y Lago, Elviña-Mesoiro, Vilarrodís (Arteixo), Betanzos (2), Cambre, Carballo (2) y O Portádego (Culleredo).

“Las unidades de Salud Mental son la columna vertebral de nuestro Servicio”, reivindica el jefe de Psiquiatría de la demarcación sanitaria coruñesa, no obstante, refiere que, “si en un momento dado, los pacientes precisan algún tipo de asistencia complementaria” , cuentan con “dispositivos adicionales de ayuda” , como “la Unidad de ingreso hospitalario agudo, en el Hospital de Oza, o el hospital de día para el seguimiento y monitorización de los pacientes más graves durante un tiempo determinado”, así como con diferentes programas de actuación, “como el asertivo comunitario, consistente en atender a enfermos crónicos en sus domicilios, el de trauma y disociación o el de prevención del suicidio”. “Cada vez que los pacientes de las unidades de salud mental de Atención Primaria necesitan algún tipo de ayuda específica, son derivados al recurso correspondiente para, posteriormente, volver a ser atendidos en su unidad. El responsable directo de cada paciente tiene un nombre y un apellido, que es el de su unidad de Salud Mental”, destaca.

El doctor Serrano insiste en que el objetivo de estas unidades extrahospitalarias, como la que el pasado verano empezó a funcionar en el centro de salud A Covada de Oleiros, es “reforzar la atención”, “acercarla a los pacientes” y mejorarla “potenciando el equipo”. “Antes de poner en marcha la unidad específica en A Covada, los pacientes de Oleiros ya estaban siendo atendidos, por supuesto, pero en una unidad del centro de especialidades de O Ventorrillo. Lo que se ha hecho incorporando esta nueva unidad de Salud Mental en su propio municipio es facilitarles la atención. Algo que ya sucedió, hace un par de años, con la creación de las unidades en Vilarrodís y O Portádego, que permiten a los pacientes del área de Arteixo, y de los concellos de Culleredo, Cerceda y Carral, respectivamente, ser atendidos en esos centros, sin tener que desplazarse a O Ventorrillo o a Elviña-Mesoiro. Esto supone potenciar la atención porque se acerca, y porque se crean equipos con más dotación de personal. Además, en O Ventorrillo se siguen manteniendo las mismas unidades, con lo cual disminuye el volumen de pacientes atendidos en cada una de ella y aumenta la dedicación”, refiere.

El responsable del Servicio de Psiquiatría del área sanitaria de A Coruña y Cee subraya que la puesta en marcha de la nueva unidad de Salud Mental en el ambulatorio A Covada de Oleiros se enmarca en el Plan estratéxico de saúde mental del Servizo Galego de Saúde (Sergas), que a raíz de la pandemia se transformó en Plan de saúde mental de Galicia postCOVID 2020/2024, y que en la demarcación coruñesa incluye, también, “la potenciación de los equipos sociosanitarios que atienden a los usuarios de las residencias de la tercera edad”.

“Desde julio, y también en el marco de ese programa, extendimos esa atención a todas las residencias de mayores del área, públicas y concertadas, con la incorporación de un segundo equipo y con el mismo concepto: acercar los recursos de atención a la salud mental a las poblaciones más vulnerables”, recalca el doctor Serrano. “En esa línea —continúa el experto—, se han reforzado, también, las unidades de Salud Mental infanto-juvenil del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera, pasando de dos a cuatro en el último año”.

Otro programa potenciado en el Plan de saúde mental de Galicia postCOVID 2020/2024, destaca el jefe de Psiquiatría de la demarcación sanitaria, es el de prevención de suicidio. Un total de 126 coruñeses se quitaron la vida el pasado año, lo que supone una media de un suicidio cada tres días y sitúa a la provincia de A Coruña como la séptima con mayor número de muertes autoinfligidas de toda España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Prevenir este drama social es, para el Sergas, una “prioridad”, por eso se ha “impulsado” la unidad de prevención del suicidio, “con un equipo completo de psiquiatra, psicólogo y enfermera”, y haciéndola también “más accesible a la población” con su traslado, “desde el día 1 de este mes”, al centro de salud San José.