La situación económica de España no se encuentra pasando por su mejor momento. Cuando parecía que la economía comenzaba a dar muestras de recuperación llegó una pandemia mundial que lo ha tirado todo por la borda. La oferta laboral es muy baja, los jóvenes están viviendo una situación muy precaria y los que están en edad de retirarse se ven forzados a seguir luchando por conseguir una pensión digna.

El tema de las pensiones también está trayendo cola en nuestro país y parece que es algo que va para largo. De hecho, si la situación no cambia, todo apunta a que las próximas generaciones en cobrar una pensión no correrán la misma suerte que los actuales mayores de 65 años que, también a día de hoy tienes quejas en cuanto a este prestación. Si todo sigue igual, las pensiones tal y como las conocemos actualmente tienen los días contados y todo ello si no se realiza un cambio significativo en el sistema que garantice que en un futuro todo el mundo pueda tener una jubilación digna.

La brusca reducción de la tasa de natalidad y el progresivo aumento de la esperanza de vida de los españoles han transformando la estructura de la pirámide poblacional, en la que está ganando importancia el colectivo de más de 65 años. A esto hay que sumar también la precariedad de los puestos de trabajo y que muchos jóvenes no puedes disfrutar de un empleo digno. Todo ello está influyendo de forma directa y negativa en el sistema de pensiones pero, todavía estamos a tiempo de un cambio que permita garantizar un buen futuro para las próximas generaciones.

Según los expertos el campo de mejora en España es amplio, aunque se deben realizan reformas estructurales en el mercado de trabajo, los mercados de bienes y servicios, e incluso en la formación trabajadores para poder revertir la situación porque las habituales reformas encaminadas a garantizar la suficiencia y dignidad de las pensiones no han ido acompañadas de reformas estructurales que garanticen en el largo plazo la sostenibilidad del sistema.

Habrá que esperar a comprobar si las reformas anunciadas consiguen un vuelco del sistema y se consigue revertir un futuro, el de las pensiones, con más dudas que certezas.