Era un secreto a voces, y el último informe de CovidBens, recién salido del laboratorio, no ha hecho más que destaparlo. Ómicron impulsa la sexta ola de la pandemia en el área sanitaria de A Coruña y Cee, donde el SARS-CoV-2 avanza desbocado y sin freno, dejando tras de sí cifras de infectados nunca antes vistas, con un impacto mucho menor, eso sí, en la hospitalización, y sobre todo en las unidades de críticos (UCI), por el indiscutible efecto de la vacunación, que actúa como una suerte de dique de contención frente a las embestidas del virus. En poco más de un mes, esa variante, detectada por primera vez en Sudáfrica y Botsuana a mediados de noviembre, se ha expandido como la pólvora por todo el mundo, también en la demarcación coruñesa, donde se ha impuesto ya a su predecesora, delta. Así lo atestigua el último análisis de las aguas residuales de la ciudad de A Coruña y sus concellos limítrofes (Arteixo, Cambre, Culleredo y Oleiros) realizado por los investigadores del proyecto, financiado por la EDAR de Bens. Las mediciones efectuadas por los científicos de la Universidade da Coruña (UDC) y el Instituto de Investigación Biomédica (Inibic) revelan que ómicron ocupaba ya el 66% de la carga viral en ese medio en la ciudad (el 55% en el conjunto de la almendra coruñesa), frente al 33% de delta (40% en los cinco municipios), en muestras recogidas entre el 20 y el 24 de diciembre.

Hace justo una semana, la coordinadora del equipo, la microbióloga del Inibic Margarita Poza, avanzaba en este diario que la presencia de ómicron en aguas residuales coruñesas podría haber aumentado sustancialmente, debido al decalaje entre la recogida de muestras, su análisis y la publicación de los resultados. “No podemos decir exactamente el porcentaje ahora mismo, pero si en una semana pasó del 4 al 29%, calculamos que podemos estar perfectamente en un 60% o 70% a día de hoy”, apuntaba entonces la doctora Poza, quien ya estimaba que, antes de finalizar el año, ómicron habría desbancado a delta. “Es preocupante, porque ómicron apareció en medio de la sexta ola, que ya estaba más que iniciada con la variante delta. Sin esta nueva variante, podríamos estar cerca de alcanzar el máximo de la ola y bajar, pero como ha aparecido ómicron, es todo distinto”, advertía la coordinadora del equipo de CovidBens.

La lógica y el tiempo le han dado la razón. Que ómicron manda en A Coruña es ya un hecho, igual que lo es que el SARS-CoV-2 continúa sin tocar techo en la demarcación sanitaria, y sin visos de hacerlo en un corto periodo de tiempo, teniendo en cuenta los encuentros familiares y las celebraciones que aún están por venir. El área coruñesa transita por un territorio desconocido hasta ahora y se asoma a la Nochevieja con más de 5.700 infecciones activas, tras pulverizar su récord diario de contagios desde el inicio de la pandemia, al sumar 920 nuevos positivos en 24 horas, 343 más que la jornada anterior, según el último balance del Servizo Galego de Saúde (Sergas), elaborado con datos recogidos entre las 18.00 horas del lunes y el martes.

Con el impacto real de las cenas y comidas navideñas aún por cuantificar, solo queda esperar que, en los próximos días, se sobrepase el último parámetro de incidencia que le queda por rebasar a esta sexta ola, el de las 6.066 infecciones activas registradas el 22 de enero de este año, en plena escalada de la tercera ola, la que más impactó en los hospitales coruñeses, hasta el punto de llevar al borde del colapso el edificio principal del Complexo Hospitalario Universitario (Chuac), que llegó a rozar el centenar de ingresados en camas UCI, planteándose el Sergas el traslado de enfermos con COVID, desde ese centro, al Hospital de Lugo.

La demarcación sanitaria coruñesa supera los 5.700 infectados, pero solo 65 están hospitalizados, ocho en UCI

La situación actual en los hospitales del área de A Coruña y Cee es bien distinta, pues pese al goteo constante de nuevos ingresados con COVID —la demarcación sanitaria encadena varios días de repunte—, hay 65 enfermos hospitalizados con la infección causada por el SARS-CoV-2, nueve más que el martes, por lo que la tasa de ingresos por COVID se mantiene estable, en torno al 1%. La mayoría de esos pacientes se encuentran en el edificio principal del Chuac, 54 en planta y siete en la UCI. Los cuatro restantes se reparten entre el Hospital Virxe da Xunqueira de Cee, que alberga a un enfermo con coronavirus en planta, y el centro privado HM Modelo, donde permanecen ingresados tres pacientes con COVID; uno en la UCI y dos en un área de hospitalización convencional.

Pese a que el impacto de la sexta ola en los hospitales, y sobre todo en las unidades de críticos, está siendo mucho menor —al menos por ahora—, los especialistas consultados por este diario y las autoridades sanitarias insisten en llamar a la prudencia —“aún a riesgo de resultar repetitivos”, reiteraba, recientemente, en estas páginas la jefa de Medicina Preventiva y Salud Laboral de la demarcación coruñesa, la doctora María José Pereira Rodríguez—, por las repercusiones que un incremento descontrolado de los contagios de SARS-CoV-2, como el que ya se está constatando, podría llegar a tener sobre el sistema sanitario.

“Con el nuevo ritmo de contagios, el sistema sanitario puede entrar en riesgo”, advertía el propio conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, al anunciar, este martes, las nuevas restricciones establecidas por la Xunta. “Ómicron llega en el peor momento, debido a la gran interacción social, y por eso tenemos que tomar medidas”, argumentaba García Comesaña, al exponer las acciones adoptadas por el Gobierno gallego para tratar de contener la “explosión” de contagios de la sexta ola de la pandemia en Galicia, que incluyen la limitación de horarios en restauración y ocio nocturno; la reducción del número de comensales por mesa, tanto en el interior como en terraza, en los establecimientos hosteleros; la extensión del pasaporte COVID a todo su horario de apertura; la prohibición del servicio de barra; y el establecimiento de un “toque de no queda”, entre las 03.00 y las 06.00 horas.

La peor ola en Atención Primaria: “Estamos desesperados”

Médicos de centros de salud coruñeses avisan de que algunos compañeros superan ya “los 60 pacientes al día” y piden a las autoridades sanitarias “medidas claras”: “La indecisión también puede colapsar el sistema”

Los hospitales coruñeses aguantan, por ahora, el envite de la sexta ola de la pandemia, que desde hace días anega, sin embargo, la Atención Primaria. Con el SARS-CoV-2 desbocado y sin freno en la calle, los profesionales del primer nivel asistencial no dan a basto. El doctor Ramón Veras, portavoz de SOS Sanidade Pública en A Coruña y médico en el ambulatorio San José, advertía hace una semana, en estas páginas, de que los facultativos de los centros de salud llevan “una temporada con las agendas tan saturadas”, que “casi cada urgencia o cada nueva consulta que nos solicitan acaba convirtiéndose ya en lo que llamamos citas fuera de agenda”. “Cada día hay más peticiones de PCR, esto se traduce en más citas para dar resultados de esas pruebas y en realizar los seguimientos de los positivos”, refería entonces el doctor Veras. Ayer reconocía que la situación, como los datos de contagios, “ha ido incluso a peor”. “Las citas para PCR que pedimos hoy nos las están dando ya para el día de Reyes. Algunos compañeros, de mi centro de salud y de otros, como el de la Casa del Mar o el de O Ventorrillo, superan ya los 60 pacientes al día. Estamos desesperados”, resalta.

Llegados a este punto, y dado que la situación “no tiene trazas de mejorar en breve”, el portavoz de SOS Sanidade Pública en A Coruña considera que “quizás sea el momento de valorar qué hacer”, y pide a las autoridades sanitarias que se adopten “medidas claras”. “La indecisión también puede colapsar el sistema, y no me refiero solo a la sanidad”, apunta el doctor Veras.

Tampoco pueden más sus compañeros de los servicios de Urgencias, que aseguran estar “al límite” y que hoy se volverán a manifestar en las inmediaciones del edificio principal del Complexo Hospitalario Universitario (Chuac) para denunciar la “situación de precariedad” que dicen arrastrar desde hace tiempo, “fruto de la falta de soluciones por parte de la Gerencia” del área sanitaria. Los profesionales denuncian, entre otras coyunturas, “violación de acuerdos en cuanto a ratios de trabajo”, falta de cobertura de ausencias, sobrecarga de profesionales y “denegación en los permisos de forma sistemática”. Piden, además, “respeto a unos profesionales ya cansados”, y lamentan que el alto grado de presión asistencial imposibilita “garantizar la calidad y la seguridad del paciente”.

Desde la Gerencia del área sanitaria de A Coruña y Cee aseguran que se encuentran trabajando para “tratar de conciliar” el derecho del personal de las Urgencias al descanso y la cobertura de la demanda asistencial.