Bruselas se unió ayer a las marchas de protestas por las restricciones que se han registrado este fin de semana en varias ciudades europeas. Entre 5.000 personas, según la policía, y cerca de 25.000, de acuerdo con los organizadores, participaron en una manifestación en la capital belga. En la protesta, la cuarta de este tipo organizada en los últimos meses, los participantes portaron pancartas en las que se podía leer consignas del tipo “Libertad” o “No a la vacunación obligatoria”.

También se denunció la decisión del Gobierno de autorizar la vacunación de los niños entre 5 y 11 años. Durante la protesta se produjeron algunos incidentes y varias detenciones, según la radiotelevisión RTBF.

El primer ministro belga, Alexander De Croo, dijo en una entrevista a una TV que “no está prohibido” manifestarse y que hay “una gran mayoría silenciosa que hace lo que hay que hacer”. Además, defendió la legalidad del pase sanitario y se mostró sorprendido de que se cuestione su carácter científico.

El sábado se registraron movilizaciones en Francia, Alemania y Austria, mientras los líderes de estos países continúan endureciendo el discurso contra quienes se oponen a la vacunación. En Francia salieron a la calle más de 105.000 personas en diversas convocatorias en 179 localidades como París, Lyon, Burdeos y Estrasburgo, según cifras del Ministerio del Interior. En París, uno de los actos principales fue el protagonizado por el ultraderechista Florian Philippot, antigua mano derecha de Le Pen, quien denunció el “país de la tiranía, de la segregación, de la separación de miles de personas”.

En Alemania también hubo concentraciones en Hamburgo, Berlín y en otras ciudades, pero con bastantes menos participantes que en Francia. El canciller alemán, Olaf Scholz, apoya la vacunación obligatoria y considera a los antivacunas “una pequeña minoría de extremistas imprudentes”. En Austria protestaron alrededor de 40.000 personas en Viena. La manifestación fue pacífica.