La sexta ola de la pandemia de SARS-CoV-2 continúa sin tocar techo en el área sanitaria de A Coruña y Cee, que suma 13.049 infectados, tras notificar el Sergas 1.754 nuevos positivos en 24 horas. La demarcación coruñesa registró, además, un nuevo repunte de los hospitalizados con COVID, hasta los 134, de los cuales 16 están ingresados en Cuidados Intensivos (UCI). El doctor Pedro Marcos Rodríguez, neumólogo y director de Atención Hospitalaria del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), avanza que la previsión es que la próxima semana sea “la más dura a nivel de hospitalización” y que, a partir de ahí, “la presión vaya disminuyendo poco a poco”. Y aunque la cifra de pacientes ingresados con coronavirus es solo un poco más baja que hace un año, insiste en que el panorama actual nada tiene que ver con lo que se vivió entonces gracias, fundamentalmente, a las vacunas. “El planteamiento general es que la situación se reconduce hacia un nuevo escenario”, resalta.

¿Cuál es su diagnóstico de la situación de la pandemia en el área sanitaria de A Coruña y Cee?

La fotografía general es que, en este momento, tenemos más positivos que nunca, tanto nuevos diagnósticos como infecciones activas, aunque viendo ya el vaso medio lleno, como solemos decir en Galicia, “a peor non vai”. La curva de esta sexta ola se está aplanando por arriba, y cuánto tarde en hacerlo condicionará muchas cosas. Cuando hay un número tan elevado de contagios en la calle, eso acaba impactando, irremediablemente, en el hospital, en cuanto al número de pacientes que requieren ingreso, una tasa que ha ido variando en función de las distintas olas de esta pandemia.

¿En qué valores se mueve en la actualidad?

Afortunadamente, es baja. Se sitúa en torno a un 0,6% a nivel gallego, y por ahí nos movemos nosotros también. No obstante, un 0,6% de un número tan elevado de infectados como el que se registra en la actualidad está provocando un incremento de las hospitalizaciones de pacientes con SARS-CoV-2, lo cual nos lleva a precisar más espacios para albergar a esos enfermos y a reorganizar los recursos, y tensiona de nuevo un hospital que ha de continuar funcionando para todo lo que no es el COVID. Tenemos que seguir operando y tratando de la mejor manera posible el resto de las patologías, y en eso estamos.

"En función de cómo vayan las cosas en los próximos días, quizás haya que reconducir para más adelante algún procedimiento quirúrgico programado en pacientes estables"

¿El aumento de los hospitalizados con COVID les ha obligado a reprogramar cirugías, al haber también más ingresados con esa infección en la UCI, como sucedió en otras olas de la pandemia?

Hasta ahora nos hemos conseguido manejar razonablemente bien, con mínimos ajustes. Y esto teniendo en cuenta, además, que actualmente hay unas obras en marcha en nuestro hospital y que, por ese motivo, ya no disponemos de las camas que habíamos dedicado a UCI, en los antiguos quirófanos, en anteriores olas de la pandemia. Esta circunstancia nos obliga a optimizar la gestión, pero gracias al gran trabajo colaborativo entre los servicios de Cuidados Intensivos (UCI) y Anestesiología y Reanimación (REA), hasta el momento hemos ido controlando la situación. En función de cómo vayan las cosas en los próximos días, quizás tengamos que plantear reconducir para más adelante algún procedimiento quirúrgico programado en pacientes estables.

Con respecto a la hospitalización convencional, ¿cómo afecta el incremento de los ingresados con COVID a la actividad habitual del complejo?

Nos obliga a reorganizar internamente el hospital para concentrar en los mismos espacios, de momento, a los positivos. Esta es otra cuestión, ya que no todos los pacientes que figuran en las estadísticas oficiales están hospitalizados por el COVID. Algunos están con el COVID. Hay que tener en cuenta, además, el contexto actual. Llevamos ya seis olas de pandemia a nuestras espaldas, y los profesionales sanitarios acumulan cansancio físico, y también psicológico, por la incertidumbre y por esa sensación, otra vez, de vuelta a empezar. No obstante, el personal de este complejo hospitalario es muy comprometido, y el planteamiento general es que esto se está reconduciendo hacia un nuevo escenario. Eso lo vemos casi todos.

¿Estaríamos, por así decirlo, en una etapa de transición hacia la ansiada normalidad o aún es pronto para saberlo?

Desde el punto de vista asistencial, las cosas están, sin duda, mucho más claras. Disponemos de nuevos recursos para dar a los pacientes la mejor atención, e igual la mejor atención ya no es por el problema del COVID, sino por otras dolencias que padecen. En la actualidad, de hecho, uno de cada cinco pacientes con COVID ingresados en nuestro hospital están a cargo de servicios que no manejan directamente la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2, que básicamente son Neumología y Medicina Interna.

¿Aunque sean positivos ingresan por otros motivos?

Así es. Con respecto al motivo por el que los pacientes con SARS-CoV-2 ingresan en nuestro hospital, hicimos un análisis y concluimos que, con la variante ómicron, prácticamente el 55% del total de los hospitalizados con la infección causada por ese coronavirus consultaban inicialmente por otras patologías, como insuficiencia cardíaca, fractura de cadera, pancreatitis, etc. No obstante, como antes de someterse a algún procedimiento, a todos los pacientes se les realiza una PCR, ahí era donde saltaba el positivo. Y también en el hospital nos estamos encontrando con lo que se ve en la calle.

¿A qué se refiere?

A que al haber tanto movimiento, a veces se detectan positivos en los cribados que realizamos a los pacientes ingresados, absolutamente asintomáticos y bien vacunados, por la transmisión nosocomial de otro hospitalizado, de una visita o de algún profesional.

Hace justo un año había 150 pacientes con COVID hospitalizados en el área coruñesa, y 26 estaban en críticos; hoy son 134, y hay 16 en la UCI. En términos de presión hospitalaria, no es tanta la diferencia...

Pero la sensación, insisto, no tiene nada que ver. Siempre comento a modo de anécdota que, en enero del pasado año, mi peso era inversamente proporcional al número de ingresos diarios por COVID. Estábamos en una pendiente hacia arriba, con una escalada brutal. Ahora sabemos que la cifra de hospitalizados va a seguir en aumento, porque el número de positivos que se notifican a diario es muy alto y eso se va a traducir en más ingresos, aparte de los positivos que salen de los cribados en el propio hospital. La estancia media de los pacientes con COVID que nos están llegando en esta sexta ola es de 7 u 8 días, por tanto, estimamos que la próxima semana, a nivel de hospitalización, debería ser la más dura. La previsión es aguantar un poco la situación durante ese periodo y, a partir de ahí, que la presión hospitalaria vaya disminuyendo poco a poco. Así como el año pasado la sensación era que íbamos cuesta abajo y sin frenos, ahora sabemos que vamos a tener más ingresos, pero estamos con una perspectiva de cambio.

Con los datos actuales de contagios, y sin vacunas contra el COVID, ¿cuál sería el panorama?

Hace justo un año, estábamos a punto de alcanzar el pico de la tercera ola, la que más impactó en nuestra área sanitaria. El máximo de incidencia llegó el 22 de enero, y una semana después, sobre el 1 de febrero, se alcanzó el pico en hospitalización, con cerca de 400 ingresados, casi un centenar de ellos en unidades de críticos. Con los datos actuales de contagios diarios e infecciones activas, si la población no estuviese vacunada, dentro de una semana podría haber unos 1.200 enfermos con COVID necesitados de ingreso. Nuestro hospital habría colapsado ya y estaríamos hablando de una tragedia sin precedentes.

"Es importante que a los enfermos se les dé la mejor asistencia posible, por los servicios correspondientes, tengan o no COVID"

¿Cuál es ahora la prioridad?

Es importante que a los enfermos se les dé la mejor asistencia posible, por los servicios correspondientes, tengan o no COVID. Y cómo los profesionales de las diferentes especialidades médicas manejan con absoluta normalidad a sus pacientes positivos en SARS-CoV-2 es algo que ya estamos viendo.

La Comisión de Salud Pública abordó esta semana la posibilidad de equiparar el modelo de vigilancia del COVID con el de la gripe una vez superada esta sexta ola. ¿Lo ve conveniente?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha planteado que más de la mitad de la población europea se habrá infectado con ómicron en los próximos meses. Caminamos hacia un escenario diferente y en la toma de decisiones han de tenerse en cuenta, también, contextos sentimentales o de percepción de la situación. Y creo que la percepción social del COVID ha cambiado, y la de los profesionales sanitarios, un poco también. Antes había un temor muy fundado a la hora de manejar a los pacientes con la infección causada por el SARS-CoV-2 y tomar decisiones, y en la calle sucedía algo parecido, pero esto ha ido virando. A partir de ahí, si el COVID es comparable a una gripe o no... depende.

"A los ciudadanos les aconsejo que se centren en lo que está en su mano para protegerse. Ponerse la mascarilla cuando toca. Vacunarse"

Responde “a la gallega”.

Es que temporadas de gripe ha habido muchas, algunas pasaron mejor y otras, como la de enero de 2018, fueron terribles. La neumonía como tal es una de las primeras causas de muerte a nivel global en el mundo, sin embargo, se ha asumido que la gente muere mucho por esa patología y se intenta llevar una vida normal. Entiendo que el debate es complicado, pero es evidente también que estamos en un contexto de intentar pasar página.

En la actual tesitura, ¿qué aconseja a los ciudadanos?

Que cada uno se centre en lo que está en su mano para protegerse. Ponerse la mascarilla cuando toca. Vacunarse. Lo que ha cambiado todo han sido las vacunas contra el COVID, y si algún rezagado aún tiene dudas, que vea los números o se pase por el hospital. También me gustaría transmitir el mensaje de que aunque es mucho mejor no contagiarse, obviamente, sufrir COVID hoy en día no tiene nada que ver con haberlo hecho hace un año, o casi dos. Si uno se infecta ahora la probabilidad de que la cosa vaya mal disminuye, y si al final necesita ser hospitalizado, disponemos de alguna herramienta más y tenemos experiencia para manejar la infección. Tranquilidad, por tanto, en caso de contagiarse.

"El grado de profesionalidad en este complejo hospitalario, y en el conjunto de los sanitarios de esta ciudad, es tremendo"

¿Algo más?

Me gustaría reivindicar el compromiso de los compañeros. El personal está muy enfocado a buscar soluciones y todo son facilidades. El grado de profesionalidad en este complejo hospitalario, y entre el conjunto de los sanitarios de esta ciudad, es tremendo.