La necesidad de abordar y tratar las secuelas del COVID, tanto en pacientes con sintomatología grave y que incluso llegaron a estar ingresados en cuidados intensivos (UCI), como en aquellos con cuadro clínico leve, o asintomáticos, que tras superar la infección causada por el SARS-CoV-2 desarrollaban el llamado síndrome postCOVID o COVID persistente, llevó a los responsables del área sanitaria de A Coruña y Cee a poner en marcha, en enero de 2021, la primera Unidad de rehabilitación postCOVID de Galicia, ubicada en el Hospital de Oza (Chuac). En su primer año en funcionamiento, los profesionales de este servicio —que trabaja en coordinación con la Unidad multidisciplinar postCOVID del Hospital Universitario, en manos, principalmente, de neumólogos e internistas— han visto a “más de medio millar de pacientes”, de los cuales “aproximadamente” un centenar precisaron fisioterapia para avanzar en su recuperación.

“Como rehabilitadores, cuando nos enfrentamos al postCOVID nos encontramos con dos perfiles de pacientes. Están, por un lado, los que precisaron hospitalización y que estuvieron muy graves, incluso en UCI, con las consabidas secuelas respiratorias y de movilidad que esa situación conlleva. Estos pacientes presentan, inicialmente, una discapacidad muy severa, y aunque a nivel respiratorio se han ido recuperando, a nivel motor les cuesta más trabajo y tiempo, ya que suelen tener bastante afectación, sobre todo, en la musculatura y los miembros periféricos, es decir, en las extremidades. También hay ciudadanos que han pasado la infección causada por el SARS-CoV-2 de forma leve o asintomática, pero que posteriormente han desarrollado el denominado síndrome postCOVID. Una sintomatología consistente en fatiga, cansancio, sensación de falta de aire, pérdida de fuerza… Pacientes que sufren, en definitiva, un desacondicionamiento físico muy acusado”, explica el doctor Juan No Sánchez, médico adjunto del Servicio de Rehabilitación del área sanitaria de A Coruña y Cee, quien especifica que esos dos perfiles, que han estado “viendo y tratando” en los últimos doce meses, llegan a la Unidad de rehabilitación postCOVID de Oza “a través de dos vías, fundamentalmente”.

“A algunos pacientes los veo yo mismo en el hospital, y como médico rehabilitador que trabaja con un equipo de fisioterapeutas, los valoramos para determinar qué necesidades funcionales tienen y, a partir de ahí, les programamos la rehabilitación. Otros llegan a nuestras consultas derivados de la Unidad multidisciplinar postCOVID, en la que trabajan principalmente neumólogos e internistas. Entre estos casos es donde vemos el llamado síndrome postCOVID o COVID persistente. Algunos no tienen una gran afectación, y con una serie de consejos que les damos van tirando, pero otros sí presentan un desacondicionamiento general, de ahí que se puedan beneficiar de las sesiones que llevamos a cabo en nuestra Unidad. Con entrenamiento respiratorio, de fuerza y aeróbico, poco a poco, van mejorando”, señala.

Cuenta el doctor No Sánchez que los pacientes de la Unidad de rehabilitación postCOVID del área coruñesa trabajan “con un protocolo cerrado de entre 12 y 14 sesiones, dos por semana”, con una fisioterapeuta con la que, reitera, “aprenden a realizar ejercicios respiratorios, de fuerza y aeróbicos”. “Y estamos viendo resultados”, resalta este médico rehabilitador, quien refiere que el perfil mayoritario de los afectados con síndrome postCOVID que ven en sus consultas se corresponde con el de los “estudios epidemiológicos” llevados a cabo a lo largo del último año, “que dicen que el COVID persistente se da más frecuentemente en mujeres jóvenes”. “No se ha podido demostrar muy bien por qué, pero lo cierto es que la mayor parte de los afectados por esta problemática que atendemos en nuestra consulta son mujeres. Esto no quiere decir que no haya hombres con síndrome postCOVID, pero vemos con mayor frecuencia a mujeres”, hace hincapié.

Más allá del género de los pacientes con síndrome postCOVID, Juan No Sánchez especifica que, entre los afectados, hay otros “dos perfiles claros”. “Pacientes que presentan un desacondicionamiento claro a nivel muscular y respiratorio, con una disminución del consumo de oxígeno que afecta al funcionamiento muscular, y otros que sufren dolor muscular sin que haya es desacondicionamiento. En estos casos en que predomina más el cuadro de dolor, el entrenamiento no va tan bien y hay que recurrir al tratamiento farmacológico. A mayores, hay pacientes con una afectación psicológica importante, con los que la Unidad de psicología postCOVID trabaja de forma paralela”, expone.

"En las próximas semanas es probable que se registre un aumento muy importante de cuadros de síndrome postCOVID en nuestras consultas"

Juan No Sánchez - Médico adjunto del Servicio de Rehabilitación del área sanitaria de A Coruña y Cee

Este médico rehabilitador destaca, con todo, que el perfil del paciente que actualmente atienden en la Unidad de rehabilitación postCOVID del área sanitaria de A Coruña y Cee “no tiene nada que ver” con el que veían durante el primer semestre del año pasado, cuando empezó a funcionar ese servicio hospitalario. “Ya no vemos gran discapacidad, sino algunos casos de pacientes no vacunados o inmunodeprimidos que pueden desarrollar COVID grave, lo cual les genera una serie de secuelas”, indica el doctor No Sánchez, quien advierte a la población, no obstante, de que el hecho de padecer sintomatología leve en la fase aguda de la infección provocada por el SARS-CoV-2 “no exime de la posibilidad de desarrollar síndrome postCOVID o COVID persistente con posterioridad”.

“La población no es muy consciente de esta realidad, y los propios profesionales sanitarios no tenemos claro si con la variante ómicron va a suceder lo mismo que con sus predecesoras, pero tampoco disponemos de argumentos para decir que vaya a ser de otra manera. En las próximas semanas, de hecho, es probable que se registre un aumento muy importante de cuadros de postCOVID en nuestras consultas, porque creemos que muchos ciudadanos que han pasado la infección de forma asintomática o con síntomas leves van a desarrollar ese síndrome. Y aunque no me cabe duda de que la mayoría de los pacientes lo van a superar, sí genera un menoscabo importante a corto plazo, tanto a nivel laboral como de capacidad física en las rutinas diarias de los afectados, personas jóvenes en su mayoría. Esto supone un agravante, por sus repercusiones también a nivel económico, laboral y de conciliación familiar, y creo que no se está trasmitiendo bien”, advierte.

El aumento de las infecciones activas se ralentiza en el área coruñesa, pero la hospitalización sigue al alza

El avance de la sexta ola de la pandemia de SARS-CoV-2 se ralentiza en el área sanitaria de A Coruña y Cee, no obstante, continúa sin vislumbrarse el esperado pico de la curva, al que ninguno de los expertos consultados por este diario se atreve a poner fecha. Aunque el virus parece haber levantado el pie del acelerador, y el total de infecciones activas aumenta a un ritmo menor, la demarcación sanitaria continúa registrando más de un millar de nuevos positivos a diario, y la cifra de hospitalizados con coronavirus continúa al alza.

El último balance del Servizo Galego de Saúde (Sergas) desvela que, entre las 18.00 horas del martes y el miércoles, se notificaron 1.326 nuevas infecciones en el distrito coruñés, que elevan el total activo hasta las 15.852. Las hospitalizaciones en la demarcación sanitaria suben también, hasta las 152, según esa estadística.

La mayoría de esos 152 pacientes con SARS-CoV-2 ingresados en el área sanitaria se encuentran en el Hospital Universitario (Chuac), que ayer albergaba a 130 afectados por la infección causada por ese coronavirus en planta, y a 11 en la UCI. Los once restantes se repartían entre el Hospital Virxe da Xunqueira de Cee, donde había un paciente positivo en planta, y los centros privados HM Modelo, Quironsalud y San Rafael, con diez: siete en hospitalización convencional y uno en la UCI, en el primero; y uno en planta, en los otros dos.

El aumento de la presión hospitalaria registrado en los últimos días ha llevado a la dirección médica del Chuac a “reprogramar” cirugías no urgentes “en pacientes estables”. La previsión inicial es que esta semana sea “la más dura a nivel de hospitalización” y que, a partir de ahí, “la presión vaya disminuyendo poco a poco”.