La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicará a finales de febrero un nuevo plan de respuesta a la COVID-19 que planteará una transición a cuyo término se pondrá fin a la actual gestión de la enfermedad como una pandemia, anunció ayer el director de Emergencias Sanitarias del organismo, Mike Ryan.

El objetivo final será pasar a una fase en la que haya un “control sostenido” de la enfermedad, de manera similar a como se hace con otros problemas respiratorios como la gripe, indicó Ryan.

“Para terminar la emergencia internacional por la COVID en 2022 hay aún muchas cosas que hacer, como reducir la infección descontrolada, especialmente en poblaciones vulnerables, y reducir el riesgo de que surjan nuevas variantes”, subrayó el experto irlandés. También deben aún reducirse las tasas de mortalidad (del 1,6% actualmente, teniendo en cuenta las cifras oficiales de infectados y fallecidos en el mundo) y “minimizar las consecuencias a largo plazo de la infección”, aseguró Ryan.

“La pandemia está lejos de haberse acabado, pero espero que podamos terminar la fase de emergencia en 2022 y afrontar otras amenazas a la salud que requieren nuestra atención de forma urgente”, apuntó, por su parte, el director de la oficina regional para Europa de la OMS, Hans Kluge.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó ayer que “tenemos todas las herramientas para acabar con la fase aguda de esta pandemia”, pero, para ello, es necesario usarlas “de forma equitativa y sabia”.

Ghebreyesus previó que la COVID-19 no desaparecerá a corto plazo y el mundo seguirá conviviendo con ella, pero aseguró que “aprender a convivir con esta enfermedad no significa darle total libertad”.

“Vamos a vivir con la COVID-19 en el futuro próximo, y necesitamos aprender a gestionarla con sistemas sostenidos e integrados de lucha contra las enfermedades respiratorias agudas”, destacó Tedros. Sin embargo, matizó que “aprender a vivir con la COVID no significa darle total libertad, no puede suponer que aceptemos las 50.000 muertes semanales actuales para una enfermedad que es predecible y tratable”. Lamentó que un 85% de la población africana aún no ha recibido ni una dosis de vacuna.