La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado poner el acento en investigar la versión BA.2 de la variante ómicron, que se está propagando rápidamente en el mundo y de la que se desconoce el impacto que podría tener en la evolución de la pandemia de COVID-19.

Las evidencias científicas reunidas en torno a ómicron se basan principalmente en el sublinaje BA.1, pero se ha observado en los últimos días la presencia cada vez más importante del sublinaje BA.2, “que difiere del primero en algunas mutaciones, incluida la proteína espiga”, según se reconoce en una actualización que ha realizado la OMS de la sección de su sitio web dedicado a informar del seguimiento de las distintas variantes del coronavirus.

De acuerdo a la organización, la comunidad científica debería priorizar las investigaciones sobre las características del BA.2 para determinar su capacidad de escapar a las defensas inmunológicas y su virulencia, y esto de forma independiente al sublinaje BA.1 para poder compararlos.

La variante ómicron original, que ha demostrado ser altamente contagiosa y se ha convertido en la dominante en el mundo, es responsable en las últimas semanas del aumento vertiginoso de casos de COVID-19 en el mundo, aunque la mortalidad se mantiene estable.

La alarma en torno al BA.2 se encendió tras detectarse que su presencia aumentaba rápidamente en el Reino Unido, la India y Dinamarca. Hasta descubrirse este cambio, hasta el 97% de COVID causados por ómicron correspondían a BA.1. Fuentes científicas han indicado que las pruebas PCR no detectarían este sublinaje, por lo que algunos lo llaman la “variante furtiva”.

El Hospital Son Espases de Palma de Mallorca ha detectado casos de la subvariante de BA.2. Así lo explicó ayer el jefe del Servicio de Microbiología del Hospital, el doctor Antonio Oliver, quien detalló que esta subvariante “está aumentando mucho en países como Dinamarca, donde es la dominante, y aquí se ha empezado a ver en los últimos días”. “En principio parece que es muy similar a ómicron y ahora se está valorando si es más transmisible o no, está en investigación”, insistió.

Retirada de fármacos

Por otra parte, la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, en inglés) de Estados Unidos ha retirado dos terapias de anticuerpo monoclonal de la lista de tratamientos aprobados contra la COVID-19 en el país, al asegurar que no son eficaces contra la variante ómicron.

La FDA informó en un comunicado de que ha eliminado por ahora su autorización para el uso de las terapias bamlanivimab y etesevimab —que se administran juntas, de la farmacéutica Eli Lilly— y de Regen-COV, compuesta por casirivimab e imdevimab, de Regeneron.

“Los datos muestran que es muy improbable que estos tratamientos se activen contra la variante ómicron, que está circulando a una frecuencia muy alta en Estados Unidos”, afirmó en la nota la directora del Centro para la Evaluación e Investigación de Medicamentos de la FDA, Patrizia Cavazzoni. Por tanto, a partir de ahora, esos medicamentos “ya no están autorizados para su uso en ningún estado, territorio o jurisdicción de EE UU”, advirtió.