Dinamarca eliminó ayer todas las restricciones impuestas por la cuarta ola de coronavirus, por considerar sus autoridades que la variante ómicron no implica un “peligro” para su sanidad ni sus habitantes y pese a los altos niveles de incidencia que registra el país nórdico. Por tanto, ya no es obligatorio usar mascarillas en interiores, han desaparecido las restricciones en la restauración, la vida cultural y social y reabren las discotecas.

El COVID-19 deja de ser considerado una “enfermedad crítica” y, por lo tanto, se suprimen las restricciones también a grandes eventos.

Dinamarca se convierte así en el primer país de la Unión Europea en levantar todas las medidas contra la pandemia, como ya ocurrió el pasado septiembre, aunque unos meses después empezó a reimplantarlas como consecuencia de la propagación de la variante ómicron.