Carola López Moya es psicóloga. Autodenominada feminista y de izquierdas, tiene una presencia muy activa en Twitter, a través de la cuenta @mamaresiliente, en la que defiende que “las mujeres trans son varones”, que “las cirugías de reasignación de sexo son un negocio que se lucra del malestar que produce el género” y que si “alguien está a disgusto con su cuerpo, lo lógico es ayudarle a aceptarse con la mínima invasión posible”, a través de “terapias” como la que ella misma practica. “Para aquellos misóginos que se preocupan por mis pacientes porque soy crítica con la identidad de género, decirles que están progresando porque precisamente les ayudo a deshacerse del malestar psicológico producido por el género, construcción cultural que subordina a las mujeres”, escribió a finales de junio.

Mensajes como estos le han llevado a una situación sin precedentes. López Moya es la primera persona en España a la que se le abre un expediente sancionador por promocionar terapias de conversión a personas trans. Tras dos denuncias de la Asociación de Transexuales de Andalucía y la Asociación contra las Terapias de Conversión, la Junta de Andalucía, gobernada por el PP y Cs, resolvió el lunes que su comportamiento puede ser constitutivo de una infracción administrativa muy grave según la ley autonómica de igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI.

La norma, aprobada en 2017, cuando gobernaban los socialistas en la comunidad andaluza, sanciona la promoción, difusión o ejecución “por cualquier medio de cualquier tipo de terapia para modificar la orientación sexual y la identidad de género con el fin de ajustarla a un patrón heterosexual y/o cisexual”. López Moya se enfrenta ahora a una posible multa de entre 60.000 y 120.000 euros, además de a la prohibición de acceder a ayudas públicas y contratar con la Administración, la inhabilitación personal por un periodo de tres a cinco años y el cierre temporal de su actividad.