Del reconocimiento al olvido. Así se sienten los profesionales de enfermería tras casi dos años en los que la presión asistencial provocada por el covid han tensionado hasta el extremo áreas sanitarias con un déficit histórico de enfermeras y que apenas se ha visto incrementado. Un cóctel que ha provocado malestar, desmotivación y un cansancio sin precedentes en una profesión vocacional, según demuestra la mayor encuesta realizada en el sector, en la que han participado 19.300 enfermeras y que ha sido efectuada en las primeras semanas de enero.

El estudio 'Radiografía de la situación profesional y emocional de la profesión enfermera', realizado por el Consejo General de Enfermería en coordinación con los colegios autonómicos, muestra que la pandemia ha afectado gravemente a la salud mental de los profesionales sanitarios. Así, casi la mitad de las enfermeras han pensado en abandonar la profesión (el 46,5%), 6 de cada 10 confiesan haber padecido insomnio (58,6%), algo más de dos terceras partes episodios graves de ansiedad (67,5%) y el 33% depresión. Asimismo, el covid ha generado episodios de estrés en el 88,5% de los profesionales y temor y miedo en el 58,4%.

Se trata de cifras que superan la incidencia de enfermedades mentales en la población en general, hasta el punto de que la encuesta indica que el 84,7% de las profesionales reconoce que, en términos generales, se ha visto alterada su salud mental. Esta huella es mucho más profunda entre las enfermeras que trabajan en las unidades de cuidados intensivos, atención primaria, sociosanitaria y urgencias.

Volumen de trabajo

Y es que el volumen de trabajo se ha incrementado en el 91% de los casos, ha tensionado al 71,2% y ha desbordado casi a un 20%. Y son cifras que reflejan la dimensión asistencial actual, con el boom de contagios que ha provocado la variante ómicron, no son porcentajes acumulados de toda la pandemia.

Por todo ello el sector planea realizar movilizaciones, dado que casi el cien por cien (98,7%) de las enfermeras ni se siente reconocida por los políticos ni confía en que estos den soluciones. Asimismo califican con un rotundo suspenso aspectos como la conciliación de la vida familiar (2,97 sobre 10), carga de trabajo (3,35), reconocimiento de la carrera profesional (2,92), salario (3,37) y desarrollo de las especialidades (2,28).