La lucha contra el sida parece haber conquistado otra victoria. Médicos de Estados Unidos (EEUU) anunciaron en una conferencia de retrovirus en Denver (Colorado) la curación de una mujer con VIH que recibió un novedoso trasplante de células madre de la sangre de un cordón umbilical para tratar la leucemia que también padecía.

Otros dos pacientes, hombres, habían experimentado previamente remisiones tras trasplantes de células madre para tratar sus cánceres, pero esas células eran adultas de médula ósea. Esa y otras diferencias de este último caso abren optimismo ante nuevas posibilidades en el combate contra el sida, especialmente para mujeres y para personas no caucásicas, aunque no se esperan trasplantes de células madre en pacientes sanos pero infectados de sida.

“Esto da esperanza para el uso de células de cordón umbilical para lograr remisión del VIH en individuos que requieren un trasplante para otras enfermedades”, declaró Yvonne Bryson, una especialista en enfermedades infecciosas en UCLA que presentó el estudio.

La paciente, cuya identidad se mantiene en privado, es una mujer de mediana edad y con padres de distintas razas. Fue diagnosticada con el sida en 2013 y cuatro años después con leucemia, un cáncer de sangre para el que en agosto de 2017 recibió el trasplante de células madre de cordón umbilical. La mujer salió del hospital solo 17 días después y 37 meses más tarde se le retiró el tratamiento retroviral convencional. Según explicaron en la conferencia los médicos del Weill Cornell que la trataron, 14 meses después el virus no es detectable en sangre y la mujer no presenta anticuerpos.

El caso de la “paciente Nueva York” es en varios aspectos diferente a las dos curas previamente identificadas: la de Timothy Ray Brown, inicialmente conocido como “el paciente Berlín”, que recibió el trasplante para tratar su leucemia en 2009 y murió, de ese cáncer, 12 años después; y la de Adam Castillejo, que se conoció como “el paciente Londres”, un hispano que padecía linfoma de Hodgkin y que lleva tres años y medio sin VIH detectable.

En los tres casos las células madre que recibieron presentaban una mutación del gen CCR5 que da resistencia ante la infección por VIH. Aunque es una alteración que ocurre naturalmente no es frecuente. Normalmente se da en gente de raíces caucásicas y del norte de Europa y solo está identificada en unos 20.000 donantes.

Los dos hombres recibieron trasplantes de médula ósea de adultos que reemplazaron todo su sistema inmune y provocaron complicaciones. En el caso de la mujer, en cambio, el uso de células madre infantiles requería menos compatibilidad. Esa trasplante se combinó con el de células madre de un pariente directo que son las que reforzaron el sistema inmune de la mujer hasta que se hicieron dominantes las del cordón umbilical.

Aplicación limitada

La noticia sobre la aparente cura de esta paciente ha sido recibida con aplauso en la comunidad científica, aunque también con la advertencia de que de momento su aplicación es limitada a pacientes de sida que sufren otras enfermedades que requieren trasplantes.

“Es como mandar a alguien a la luna. Es gran ciencia pero no es la forma en que vamos a viajar”, le ha dicho a The Washington Post Carlos del Río, profesor en la facultad de Medicina de la Universidad Emory, que en cualquier caso ha destacado que “es ciencia vital para acabar llevándonos a una cura”.