La Opinión de A Coruña

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Guerra en Ucrania

La élite rusa de Marbella, líder en la organización de eventos

El perfil de los residentes malagueños nacidos en Rusia responde al de magnates con inversiones en euros o dólares, ajenos a la situación económica de muchos compatriotas

Embarcaciones atracadas en Puerto Banús, epicentro del turismo de lujo en el término municipal de Marbella.

Rico, con inversiones diversificadas, tanto en euros como en dólares y, por lo tanto, ajeno a la quiebra de la bolsa de su país. El perfil del residente ruso de Marbella dista mucho del que poseen otros ciudadanos nacidos en Rusia, afincados en otras comunidades autónomas y que han empezado a vender propiedades para obtener liquidez.

Varias agencias inmobiliarias del término marbellí coincidían este viernes en sus descripciones sobre quienes un día eligieron la Costa del Sol, después de hacer fortuna o heredar importantes capitales del petróleo o el gas, para huir del frío ruso. Muchos de los casi 3.000 rusos del municipio residen en viviendas de no menos de un millón de euros, ubicadas en la mayoría de los casos en urbanizaciones exclusivas como La Zagaleta.

"Los ves a diario en el Old Course de La Zagaleta, incluso ahora que podrían tener alguna preocupación", manifiesta la agente Natasha Harrison. "Empezaron siendo los invitados exclusivos de muchos británicos y poco a poco se les vio tomar el relevo a la hora de organizar fiestas benéficas, filantrópicas, hasta convertirse en los líderes en la organización de eventos. ¿Cuál es su peculiaridad? Son como los árabes de antaño, el presupuesto medio de sus fiestas puede ser de más de 100.000 euros", agrega esta portavoz de una inmobiliaria con propiedades en exclusividad.

Relata que en verano pueden ceder sus casas a futbolistas internacionales, que pagan no menos de 45.000 euros por dos semanas, cuando aprovechan para recorrer otros destinos o visitar a sus familiares, en fechas en las que hace buen tiempo en tierras rusas. Paradójicamente, muchos de estos magnates, como por ejemplo el expresidente del Marbella FC, Alexander Grinberg, están en contra del conflicto bélico e invierten parte de su importante patrimonio en aliviar la grave situación de los refugiados ucranianos que recalan en la Costa del Sol durante estos días.

Grinberg incluso ha confesado a sus más allegados que uno de sus empleados ha partido con furgones hacia la frontera ucraniana con todo tipo de víveres. Así pretende aportar su particular grano de arena frente a un éxodo que no se recuerda en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Este auténtico embajador marbellí de origen ruso ha sido el responsable de que otros muchos magnates hayan venido desde su país hasta La Zagaleta. Ellos se han convertido en los principales valedores de una comunidad que en Marbella incluso han diseñado sus propios medios de comunicación en ruso.

No hay un mismo perfil de residente ruso en cuanto al apoyo o no la guerra. Un funcionario municipal confesaba a este periódico que ciertos ciudadanos de origen ruso hablan abiertamente en contra de la invasión, pero «que otros han confesado con la boca pequeña y en su entorno más próximo» que Ucrania debe volver a ser parte del territorio de Rusia.

Lo que nadie es capaz de defender, al menos públicamente, es la invasión en suelo ucraniano sin agotar la vía del diálogo o la negociación con terceros países como mediadores. Todos sí coinciden en que invadir de manera inadmisible un país vecino, sin respetar los objetivos civiles, generará un rechazo internacional que perdurará durante décadas.

Para la actual presidenta de la Asociación de Ruso Parlantes Nash Dom, Svetlana Ciliuta, la guerra no debiera haberse producido con un ataque como el que se ha diseñado desde Moscú. Alega que el uso de las armas nunca está justificado: "Las cosas se hubieran podido hacer de otra manera, con diálogo y de modo pacífico". Pero a renglón seguido, con esa premisa sobre la necesidad de recuperar paz, "sí que entendemos los motivos" por los que Rusia ha tensado la cuerda, a raíz de que la OTAN "haya regado de armas" las fronteras ucranianas.

Mary Poul suele cooperar con rusos afincados en San Pedro Alcántara o Benahavís en la organización de eventos. Para ella es habitual tener de fondo la emisora local rusa o la última edición de la revista donde poder familiarizarte con el alfabeto cirílico. "Aquí viven el doble de rusos que en Málaga capital. Y hemos tenido hasta finales de febrero cuatro vuelos por semana a Moscú. Una anécdota muy singular de esta línea es que resulta ser de las más rentables para las compañías, puesto que es muy habitual que se agote todo el alcohol disponible", apunta esta joven emprendedora.

Y describe sus fiestas en suelo marbellí, "con botellas de vino de más de mil euros, artistas internacionales o postres con oro".

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