Centenares de trabajadores del Servizo Galego de Saúde (Sergas) se concentraron ayer ante hospitales y centros de salud de todas las áreas sanitarias de Galicia en señal de repulsa y condena por los bombardeos a una maternidad de Mariúpol y al psiquiátrico de la ciudad de Izyum, en Ucrania, por parte de las tropas rusas.

El “no a la guerra” mudo de la sanidad coruñesa

En el área de A Coruña y Cee se optó por guardar un minuto de silencio frente a todos los centros de salud y hospitales. Unas 200 personas secundaron la convocatoria en el Hospital Universitario (Chuac), donde la concentración finalizó con un emotivo aplauso en recuerdo de las víctimas de la invasión rusa en Ucrania. Una imagen que se repitió ante el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera y otros centros de salud, como la Casa del Mar o el ambulatorio de Betanzos, donde el personal reiteró su apoyo a la población ucraniana y también expresó su voluntad de acoger y atender a los refugiados.

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En otras áreas sanitarias, como la de Ferrol, el minuto de silencio se llevó a cabo en el vestíbulo del Hospital Arquitecto Marcide, donde medio centenar de personas, sin pancartas ni consignas, se concentraron. En Vigo, unas 150 personas secundaron la concentración delante del Hospital Álvaro Cunqueiro, entre trabajadores y pacientes. Entre los asistentes estaba el obispo de Abancay, en Perú, quien se sumó a la convocatoria tras haber recibido el alta después de ser operado en este centro.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en lo que va de conflicto desde la invasión rusa ya se han producido una treintena de atentados contra hospitales y ambulancias en Ucrania.