Un agente de la Policía Nacional de A Coruña impuso en el marco de la llamada ley mordaza una infracción grave a un padre porque dos de sus hijos jugaban en la entrada de la comisaría de la Avenida del Puerto. Según el relato policial, “los dos hijos” de este hombre estaban “entrando y saliendo” de la oficina y le dieron “golpes” a un paragüero. También dice que se le pidió al padre que “controlase” a los niños y, según el policía que le impuso la infracción, el hombre remite a su mujer que se encuentra dentro de la oficina. En la denuncia policial, sin embargo, no figura que el hombre se encontraba fuera de la comisaría sosteniendo a su tercer hijo, de menos de un año, y que la madre, con quien estaban los dos menores a los que acusa de una infracción grave, y que tienen 4 y 2 años, en ese momento estaba hablando con un funcionario para la renovación del DNI. El hombre contra quien se redactó la infracción interpuso una queja en la propia comisaría.