Su nombre recuerda a una república del Cáucaso y hasta el miércoles era totalmente desconocida para gran parte de la opinión pública. La afasia ha saltado a los titulares por haber acabado con la carrera de uno de los actores más conocidos de Hollywood, Bruce Willis, pero es un problema neurológico que en España afecta a 350.000 personas y se desencadena por varios motivos; el más frecuente de ellos, el ictus. Puede afectar tanto a la emisión como a la comprensión del lenguaje.
Fue Rumer Willis, hija mayor del protagonista de Jungla de cristal, quien anunció en su perfil de Instagram que el actor estadounidense, de 67, ha sido diagnosticado recientemente de afasia. “Bruce se está alejando de la carrera que ha significado tanto para él”, reza el texto de la red social, firmado por la mujer y la exmujer del artista, Emma Heming y Demi Moore, y por sus cinco hijas.
Como explica José María Prieto, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínico de Santiago (CHUS) la afasia es realmente “un síntoma”, no una enfermedad; un “trastorno del lenguaje” que puede afectar “tanto a la emisión como a la comprensión” ; y por ello se divide en dos tipos, la sensitiva y la motora. “Si alguien me habla en chino oigo sonidos pero no sé lo que me están diciendo. La persona oye unos sonidos que en principio conocía e identificaba con ideas, pero en ese momento no es capaz de hacerlo. Esto es lo que se llama afasia sensitiva o de Wernicke –precisa el neurólogo–. La imposibilidad para emitir el lenguaje es la afasia motora o de Broca”.
¿Cuál de los dos tipos de afasia padece Bruce Willis? La familia del actor no lo ha aclarado, pero al señalar que la afasia “está afectando sus habilidades cognitivas” podría tratarse de la afasia sensitiva o de Wernicke, la más frecuente. Esta división en dos tipos permite identificar localizar la lesión en una parte concreta del cerebro.
Prieto señala que la función del lenguaje se localiza principalmente en el lado izquierdo del cerebro, en el lóbulo temporal. “Es así tanto en diestros como en zurdos (Willis es zurdo), pero básicamente en los diestros —detalla el especialista—. Cuando un paciente oye pero no sabe interpretar lo que oye es la parte del lóbulo temporal más posterior la afectada. Si es capaz de entender todo pero no le salen la palabras (afasia motora) se trata de una zona mucho más anterior en el cerebro”.
¿Cómo se diagnostica la afasia? En la consulta de neurología el médico comprueba que la audición del paciente es correcta, que no padece sordera. En segundo lugar, verifica si comprende órdenes simples: “cierre los ojos, apriéteme la mano”. “Si no lo hace te oye pero no te entiende. Cuando no te obedece es una afasia motora”, señala Prieto. Según este especialista, la causa más frecuente es “el ictus hemorrágico o isquémico del lóbulo parieto-temporal izquierdo del cerebro.Después están los traumatismos en la parte izquierda del cerebro.Con menor frecuencia se produce en en casos de deterioro cognitivo, como la demencia por alzhéimer.“A veces se da la afasia progresiva primaria: un paciente que poco a poco va perdiendo la capacidad para emitir y comprender el lenguaje”, detalla Prieto.
Otra posible causa son las infecciones, abscesos y encefalitis. La encefalitis por virus del herpes es la más frecuente, ya que “el virus del herpes sigue un trayecto anatómico hacia el cerebro que ya está hecho, le es muy fácil llegar hasta ahí a través del nervio olfativo”, comenta el neurólogo. Hay también casos excepcionales después de ataques epilépticos. “También muy raras veces tengo algún paciente migrañoso que antes del ataque de migraña no es capaz de hablar, y asusta porque parece que le está dando un ictus, pero no tiene nada que ver”, relata José María Prieto.Existe también la afasia infantil, caracterizada por un deterioro progresivo del lenguaje, el neurólogo gallego solo recuerda un caso en sus 30 años de carrera.
¿Hay casos reversibles? El jefe de Neurología del CHUS prefiere hablar de “mejorables, las terapias tienen limitaciones, la del lenguaje da resultados que habitualmente se quedan cortos, la fisioterapia es la parte más útil y hay fármacos que pueden mejorar un poco el trastorno”.
