La Opinión de A Coruña

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Investigación coruñesa

Compañeros peludos de terapia en el Materno

El Hospital Teresa Herrera de A Coruña y la Fundación María José Jove impulsan un ensayo clínico sobre los efectos de la intervención asistida con perros en niños con trastornos del desarrollo

Un perro de terapia, en el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera de A Coruña. | // CARLOS PARDELLAS

El Hospital Materno Infantil Teresa Herrera de A Coruña (Chuac) se convirtió, hace seis años, en el primer centro hospitalario gallego, y el segundo de España, en utilizar perros de terapia con algunos pacientes. En aquel momento, tres canes, adiestrados para terapia y asistencia, iniciaron el acompañamiento a niños con trastornos del espectro autista (TEA) en el marco de un proyecto de investigación cuyo objetivo era determinar si la presencia de los animales, antes de los tratamientos, mejoraba las relaciones sociales, comunicativas y afectivas de estos pequeños. Las fundaciones María José Jove y Profesor Novoa Santos, el Centro Canino Montegatto y la facultad de Terapia Ocupacional de la Universidade da Coruña (UDC) colaboraban en esa pionera iniciativa, con la participación inicial de entre 20 y 25 menores.

El Teresa Herrera fue el primer centro hospitalario gallego, y el segundo de España, en utilizar perros de terapia con algunos pacientes

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El balance fue tan positivo que, desde entonces, más de un centenar de niños han recibido terapia asistida con perros en el Materno Infantil de A Coruña, cuya Unidad de Rehabilitación Infantil y Atención Temprana acaba de poner en marcha un nuevo ensayo clínico piloto, en este caso, para analizar los efectos de dos enfoques de intervención asistida con animales que se han iniciado ya en el centro coruñés, en el marco de ese programa que la Fundación María José Jove financia desde 2016 y que cuenta como investigadores principales, desde su inicio, con el doctor Miguel Alonso Bidegain, jefe del Servicio de Rehabilitación del Chuac, y la doctora Adriana Ávila Álvarez, coordinadora de la Unidad de Investigación de Terapia Ocupacional en Intervenciones No Farmacológicas de la UDC, así como con el apoyo del Centro Canino Montegatto.

El proyecto “parte de la hipótesis de que existen diferencias significativas en la adquisición de destrezas psicosociales y en el nivel de participación social de los niños que acuden al programa de terapia asistida con animales, según el método que se utilice”, apunta la doctora Ávila Álvarez, quien especifica que, para participar en el ensayo clínico, los menores “deben tener entre 30 meses y 6 años”, y recibir atención terapéutica en la Unidad de Rehabilitación Infantil y Atención Temprana del Materno Infantil coruñés “desde hace al menos de tres meses”, por la presencia de “un trastorno del neurodesarrollo” como condición de salud principal.

El proyecto arrancó con menores con trastorno del espectro autista (TEA), pero ya se están incluyendo otros perfiles, como niños con problemas en su neurodesarrollo

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“El programa de intervención asistida con perros lo iniciamos con niños con TEA, cada vez vemos más trastornos de este tipo y a veces son complicados de tratar, por eso pensamos que a estos pequeños les iría bien la estimulación con animales antes del tratamiento que tenemos en nuestra Unidad y, efectivamente, no nos equivocamos”, resalta el doctor Alonso Bidegain, y explica: “Los niños con TEA tienen problemas para relacionarse con su familia, con sus compañeros y, en general, con el mundo. No obstante, durante estos seis años hemos podido comprobar cómo a raíz de la intervención asistida con perros mejoran su participación psicosocial, en el sentido de hablar más y comunicarse de algún modo. Ahora damos un paso más, y vamos a comparar dos metodologías distintas, en dos grupos de pequeños, para ver si se constatan diferencias a nivel de resultados. Empezamos con menores con TEA, pero ya estamos incluyendo en el proyecto otros perfiles, como niños con problemas en su neurodesarrollo: que tienen una inmadurez o que no evolucionan a la misma velocidad que el resto de los pequeños”.

Una niña con un perro durante una terapia en el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera de A Coruña. XURXO LOBATO

El jefe de Rehabilitación del Chuac se refiere a los canes que participan en el programa de intervención asistida del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera y la Fundación María José Jove como “facilitadores terapéuticos”, y es que el papel de estos animales, señala, “consiste en ayudar a que los niños respondan mejor en las terapias y en su evolución”.

“Nuestro planteamiento inicial era que cada pequeño estuviese con el perro 15 minutos antes de entrar en la terapia, para comprobar si variaba su respuesta durante ese tratamiento, pero también con la familia y con otros niños después. Al principio vemos de todo: pequeños que tienen miedo a acercarse al perro e interactuar con él; otros que lo miran, dan una vuelta a su alrededor y solo se acercan, pero que al día siguiente ya se animan a tocarlo un poquito; también hay pequeños que ya el primer o segundo día acarician al animal o lo cepillan con un peine que ponemos a su disposición; e incluso los hay que se acuestan en el suelo y se apoyan sobre él, porque el calor que desprende su cuerpo les tranquiliza”, explica el doctor Alonso Bidegain.

El nuevo enfoque consistirá, apunta la doctora Ávila Álvarez, en "comparar esa intervención inicial, ya acreditada y avalada por varios estudios publicados, con otra basada en objetivos SMART (específicos y alcanzables), en la que tienen una participación directa los padres", para enfrentar los resultados de ambos modelos. 

El objetivo final es comprobar la efectividad de uno y otro enfoque. Si los resultados del ensayo clínico son positivos, nos darán pie a introducir, ya por sistema, esas variaciones en las terapias. Aparte de publicarlos, por tanto, los implementaríamos”, agrega el jefe de Rehabilitación del Chuac.

El papel de los perros, denominados "facilitadores terapéuticos”, consiste en "ayudar a que los niños respondan mejor en las terapias y en su evolución"

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El ensayo clínico impulsado por el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera y la Fundación María José Jove contará con la participación de un total de 62 pequeños, divididos en esos dos grupos a los que aludía el jefe de Rehabilitación del Chuac. Cada uno de ellos estará vinculado al proyecto durante, aproximadamente, 18 semanas y 15 sesiones. El doctor Alonso Bidegain admite, no obstante, que les está “costando un poco reclutar” a los pequeños, debido a las reticencias que aún tienen algunas familias a acudir al hospital, por la pandemia de SARS-CoV-2, y al hecho de que los participantes tengan que reunir “una serie de características específicas”.

“Hay que intentar que coincidan los días que los niños acuden a terapia con los días que vienen los perros, que el perfil de los pequeños sea el indicado para el tratamiento, que las familias quieran colaborar en el ensayo clínico... por eso nos está costando un poquito”, reitera.

Junto con los dos coordinadores principales, el proyecto tendrá como colaboradores a Iván de Rosende, terapeuta ocupacional, doctor y profesor de la UDC; Daniel Ramos, terapeuta ocupacional de la entidad IncrescenTO y Lestonnac Larrañeta, médico y logopeda.

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