La medicina gallega está de luto. El doctor José Domingo Pedreira Andrade, figura indispensable en la lucha contra el sida en Galicia, jefe del Servicio de Medicina Interna del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) durante más de tres décadas y facultativo emérito del Servizo Galego de Saúde (Sergas), falleció ayer, a los 76 años, en su ciudad. Un pérdida que deja totalmente desolados a sus antiguos compañeros del Chuac, que despiden “a una institución” de ese hospital, pero también al movimiento asociativo del VIH y, por supuesto, al colectivo de afectados por esa infección, a quienes dedicó la mayor parte de su impecable carrera profesional.

José Domingo Pedreira Andrade (A Coruña, 1946) fue —y seguirá siendo, porque su figura forma parte ya de la historia de la Medicina gallega— uno de los grandes referentes en la lucha contra el VIH, un virus que dio la cara en España en octubre de 1981, cuando un equipo de internistas del Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona diagnosticó el primer caso de sida, la fase final de esa infección. El especialista coruñés fue testigo y parte de ese capítulo, no obstante, en aquel momento, era adjunto de Medicina Interna en el centro hospitalario barcelonés, donde ya había realizado la residencia.

Pocos meses después de ese primer diagnóstico de sida en España, el doctor Pedreira Andrade se trasladó del Vall d’Hebrón a su ciudad, A Coruña, para ponerse al frente del Servicio de Medicina Interna del actual Hospital Universitario, entonces Juan Canalejo, donde el 4 de diciembre de 1984 detectó, junto a su equipo, el primer caso de sida de Galicia.

“El paciente era un joven de Os Mallos, consumidor de drogas, que ingresó en nuestro hospital con una tuberculosis diseminada y muchas adenopatías (ganglios inflamados) en el abdomen. Su sintomatología nos sorprendió bastante, y al principio nos costó interpretarla. Yo recordaba el caso de Barcelona, pero en aquel momento las pruebas del sida eran muy difíciles de hacer, pese a que ya habían pasado tres años de la aparición de los primeros casos. No había un test sistematizado en los laboratorios, como ahora, y la única opción que teníamos era enviar el suero del paciente al Instituto de Salud Carlos III de Madrid. Fue lo que hicimos, y allí nos confirmaron el positivo”, rememoraba, en un reportaje publicado en este diario, el pasado 5 de diciembre, coincidiendo con el Día mundial contra el sida y al hilo del 40 aniversario del primer diagnóstico en España de esa enfermedad.

Desde ese primer momento, el doctor Pedreira Andrade destacó por su compromiso frente a la estigmatización del sida, llegando a enfrentarse, dialécticamente, con miembros de la comunidad médica que negaban la existencia de una epidemia entonces mortal.

"Había mucho temor a los contagios, incluso entre los compañeros del hospital. Nadie quería trabajar con pacientes con sida. Estaban muy relegados, pese a que ya se conocían algunos datos más sobre una enfermedad que, en aquel momento era una condena de muerte y que, además, se relacionaba con colectivos que sufrían una gran discriminación, como los adictos a las drogas y los homosexuales. Eso provocó que los afectados sufriesen un grado de rechazo social todavía mayor. Eran pacientes casi despreciados. Cualquier persona podía y puede contraer el VIH, pero en aquel momento se creía que era un virus de marginados y de gente que no cumplía las normas. Evidentemente, era un error”, recordaba.

En ese contexto, el doctor Pedreira Andrade se implicó decisivamente con los colectivos más castigados, reclamando recursos para hacer frente a las drogodependencias y realizando una importante tarea de divulgación y sensibilización para tratar de prevenir los contagios entre los colectivos de mayor riesgo y la sociedad en general.

"A los profesionales sanitarios que trabajábamos en este ámbito muchas veces se nos llegó a acusar de liberalizar las relaciones sexuales”, refería, al rememorar una campaña nacional "muy pionera", llevada a cabo durante aquellos años, que recomendaba el uso del preservativo, y que en A Coruña "fue impulsada por el gerente del hospital, Francisco Cerviño". "Se llenó la ciudad de pósteres y carteles con mensajes que incidían en la prevención y tuvo un gran impacto en una época en la que no era nada fácil hacer algo así", explicaba, en este diario, el pasado 5 de diciembre.

El doctor Pedreira Andrade compaginó la labor asistencial con la docencia y la investigación a lo largo de su carrera profesional, presidió la Sociedad Gallega de Medicina Interna y la Sociedad Gallega Interdisciplinaria del Sida y fue también redactor jefe y director de la revista médica Galicia Clínica. Ejerció, además, la enseñanza como catedrático de la Universidade da Coruña (UDC) y dirigió múltiples ensayos clínicos centrados, sobre todo, en el sida y la hepatitis.

Jubilado del Sergas en 2016, mantenía su consulta privada en el centro de A Coruña, no obstante, por su destacado papel y la labor desarrollada a lo largo de su dilatada trayectoria, formaba parte del reducido círculo de médicos eméritos de la sanidad pública gallega, que hoy llora su pérdida.