En 2020, aún bajo los efectos del confinamiento, Tenet llegaba a las salas para salvar a la tocada y casi hundida industria del cine. En mayo de 2022, ya sin mascarillas obligatorias, es a Tom Cruise con la primera de sus dos grandes producciones (Top Gun: Maverick) a quien se espera como el nuevo salvador de las salas de cine, atenazadas por las secuelas pandémicas y el auge imparable del streaming.

La situación es alarmante. La gente ha dejado de asistir a las salas como lo hacía antes del COVID. Cierto que los números ya habían descendido antes de la aparición de este virus, pero desde entonces la caída ha sido en picado y, lo más preocupante, no da señales de recuperación en un 2022 ya de normalidad. El peor parado es el cine independiente. El de las majors se salva, aunque las recaudaciones no sean tan elevadas.

Los números, gélidos, no engañan. El año 2019 fue el mejor de la pasada década (624,1 millones de euros y 105,1 millones de espectadores), aunque bajaron las cifras en cuanto al cine español, que se quedó en 94 millones de euros, el 15,1% del total. No comenzó nada mal 2020, pero el 14 de marzo el Gobierno decretó el estado de alarma. Al concluir el año, se habían recaudado 171,1 millones (28,2 millones de espectadores), con 42,7 millones (25%) para el cine español.

Fue la confirmación de la catástrofe, con el 72,6% menos de ingresos en relación con 2019. La situación apenas mejoró en 2021: 251,2 millones de recaudación, con 41 millones de espectadores y 41,7 millones (el 16,6%) para los estrenos españoles. Ya con las salas abiertas y algunos hábitos recuperados, la caída de los ingresos entre 2019 y 2021 fue de un escalofriante 60%.

Los 127,5 millones ingresados del 1 de enero al 15 de mayo de 2022 auguran que este año va a ser más o menos como lo fue 2021.

Las películas españolas llevan recaudados por el momento 14,3 millones, y en esa cifra juega un papel importante el éxito de la película independiente Alcarràs.