Personal temporal de los centros públicos de residencias de mayores y personas dependientes de Galicia se concentraron ayer frente a la sede de la Xunta, en Santiago, para demandar a la administración autonómica cambios en sus condiciones de trabajo. Entre otros, piden que no los obliguen a coger contratos “de media jornada, de fin de semana o de dos horas” obligatoriamente.

Los trabajadores denuncian que si no aceptan ese tipo de contratos “los penalizan durante mucho tiempo”. Además, censuran que esos contratos van ligados a salarios de unos 400-500 euros con los que “es imposible tener una vida digna”. Por eso, demandan listas independientes para poder optar entre una jornada continua o una media jornada sin que los penalicen. “Hay gente que por conciliación familiar o por estudios necesitan este tipo de contratos, pero pedimos poder elegir, al igual que se hace en el Sergas, y que no nos penalicen. Es muy duro que te metan seis meses en la nevera”, declaró Manuel Bóveda, uno de los trabajadores de este colectivo.

Ante esta situación, Bóveda señaló que muchos compañeros optan por irse a las listas del Sergas, ya que son técnicos en cuidados y auxiliares de enfermería y, de este modo, ha añadido, las listas de contratación para las residencias y centros de dependientes “se quedan vacías”.

Carga de trabajo “muy alta”

En total, según Bóveda, están en esta lista de temporales “entre 500 y 600 personas”, aunque especificó que esa cifra “no es real” porque “muchos están apuntados, pero optan por el Sergas y otros ya no están en las listas de contratación”. Sobre esto, denunció que la Xunta amenaza con contratar a gente sin especialidad para suplir estos empleos y “abaratar el puesto de trabajo con gente no cualificada”. Además, aseguró que la carga de trabajo es “muy alta” y el personal se encuentra “muy cansado” tras la pandemia. “Nosotros damos el mil por mil y ellos nos castigan con contratos de este tipo”, lamentó el portavoz del colectivo.