La Opinión de A Coruña

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Manuel Vázquez Lima Presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES)

Manuel Vázquez Lima: “Urge un pacto global para garantizar que nuestra sanidad sea sostenible”

“Por los pacientes y por el futuro de los servicios de Urgencias y Emergencias, es de sentido común aprobar nuestra especialidad” | “Tener a un enfermo tres días en un pasillo de Urgencias es un atentado contra su dignidad”

El doctor Manuel Vázquez Lima, frente a la entrada de Urgencias del Hospital de O Salnés. | // I. ABELLA

La Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), presidida por el gallego Manuel Vázquez Lima, celebra el nuevo decreto de formación sanitaria especializada, que oficializa la cuenta atrás para la esperadísima (y reclamadísima también) especialidad de Urgencias y Emergencias. La aprobación de la norma llega en un momento de especial sobrecarga en las Urgencias hospitalarias, que tras la pandemia de SARS-CoV-2, han incrementado su demanda asistencial “en torno a un 30%”, con el consiguiente desgaste para las plantillas de esos servicios. "Los profesionales están muy cansados. No sé cómo van a remontar esta situación", advierte.

¿Cómo valora SEMES el nuevo decreto de formación sanitaria especializada?

El real decreto establece las bases que cualquier especialidad que quiera serlo tiene que cumplir para poder solicitar, formalmente, constituirse como tal. Para una sociedad científica como SEMES, que aspira a tener una especialidad que ya existe en toda Europa, es una buena noticia contar con esas bases, que además nos gustan, porque son muy coherentes. También fija unos tiempos de respuesta, de modo que, desde que se presenta una solicitud, la Dirección General de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad tiene seis meses para contestar.

Dice que la nueva regulación establece unas bases “muy coherentes”. ¿Por ejemplo?

Que la solicitud esté alineada con lo que sucede en nuestro entorno natural, que es Europa, o que la sociedad científica que solicite la especialidad represente al 70% de los profesionales del sector. El Ministerio de Sanidad estima —porque no hay un registro de profesionales— que en España ejercen entre 13.000 y 14.000 urgenciólogos, y en el registro notarial de SEMES figuran unos 10.000 socios.

Con la nueva norma publicada ya en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ¿cuándo prevén presentar, formalmente, la solicitud de la especialidad de Urgencias y Emergencias?

Probablemente, este próximo martes, dado que el lunes es festivo. SEMES trabajaba ya con este escenario, teníamos el borrador del real decreto pero no sabíamos cuál iba a ser publicado definitivamente. Contábamos con un grupo de expertos que ha ido trabajando todos los indicadores del real decreto para desarrollar el texto de la solicitud, y ya lo tenemos hecho. Durante este fin de semana, el gabinete jurídico de nuestra sociedad se dedicará a revisarlo y nuestra previsión es que el martes esté presentado en el Ministerio de Sanidad.

Tras haber llegado hasta aquí, ¿se plantean la posibilidad de que no termine de aprobarse su especialidad?

En ningún procedimiento existe una certeza total, pero mi impresión es que esto ya es una cuestión de sentido común. Por los pacientes y por garantizar una asistencia homogénea. Por los propios profesionales que ejercen, en la actualidad, en los servicios de Urgencias y Emergencias, para que puedan equipararse a los colegas europeos. Y, sobre todo, por el futuro de nuestros servicios. Necesitamos tener unas garantías de recursos humanos formados para trabajar en Urgencias y Emergencias. En el Sistema Nacional de Salud (SNS) hay un problema de recursos humanos brutal. Si continuamos con este caladero común, donde médicos que se forman en otras especialidades son pescados en Urgencias, y luego algunos de ellos se marchan a Atención Primaria, etc... será imposible planificar la salud de la sanidad pública de este país.

"Si continuamos con este 'caladero' común, donde médicos que se forman en otras especialidades son 'pescados' en Urgencias, y luego algunos de ellos se marchan a Primaria, etc... será imposible planificar la salud de la sanidad pública de este país"

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¿Cuál es su diagnóstico del estado general de los servicios de Urgencias hospitalarias en España?

Hace ya una década que informes periódicos del Ministerio de Sanidad hablan sobre las necesidades de especialización en un intervalo de tiempo. En el último, publicado hace dos meses y centrado en las necesidades de especialidades para el periodo 2022-2035, dos de ellas destacan sobre las demás por su marcado déficit de profesionales: Medicina de Familia y Urgencias y Emergencias. Es más, en el plazo de dos a tres años, Medicina de Familia tendrá el porcentaje de profesionales más envejecido de todo el país, y dentro de seis, es fácil imaginar quién estará en esa situación...

Ambos servicios son la puerta de entrada al sistema de salud.

Efectivamente, y si desde hace tiempo se sabía que esto iba a ocurrir, porque ha habido informes previos que apuntaban en la misma dirección, probablemente el primer error haya sido no haberse sentado en una mesa y planificar qué necesidades de médicos de familia y de urgencias y emergencias tenía el sistema.

En Galicia, las Urgencias hospitalarias no dan abasto. Los trabajadores del Hospital Universitario de A Coruña denunciaron, esta misma semana, un nuevo “colapso” en ese servicio. ¿A qué atribuyen las inusual demanda asistencial de los últimos meses?

Tras la pandemia de SARS-CoV-2, la demanda asistencial en las Urgencias se ha incrementado, en efecto, en torno a un 30%. Por un lado, nos siguen llegando pacientes debido a las sucesivas olas de COVID. Por otro, la Atención Primaria está, en estos momentos, desmembrada. Es fácil decir que la gente va a Urgencias por comodidad. Pero no es así. Los pacientes van a Urgencias a buscar a alguien que les solucione su problema. Si un ciudadano llama a su centro de salud para que le den cita con su médico, se la dan para dentro de seis o siete día y tiene un problema que considera agudo y no es un profesional sanitario, se busca la vida. Así es como las Urgencias hospitalarias aumentan la entrada de pacientes en sus servicios.

¿Cómo afrontan esta situación?

Tirando de nuestros profesionales —porque tampoco tenemos sustitutos ni hay médicos disponibles, en estos momentos, para trabajar en nuestros servicios— y utilizando lo que denominamos triaje. Un sistema que nos sirve para priorizar la asistencia de los pacientes en función del riesgo potencial. Los que tienen menos riesgo, se dejan para el final, de ahí esas demoras en la entrada de Urgencias. Por ejemplo, un paciente que llega con fatiga y una saturación de 89%, será una prioridad 2 y lo tendremos que atender en menos de 10 minutos. El que venga con un esguince en el tobillo, probablemente se establecerá como prioridad 4, con un tiempo de demora que puede sobrepasar las dos horas. En este caso, nos preocupa más el primer paciente, que puede fallecer, que el segundo, al que tendremos que inmovilizar el pie y administrar un analgésico pero que, probablemente, podrá esperar por esa atención, aunque genera una carga asistencial brutal.

“Los profesionales de los servicios de Urgencias están muy cansados. No sé cómo van a remontar esta situación. Es como un túnel sin fin”

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La presencia de pacientes agolpados en los pasillos de las Urgencias, durante varios días, a la espera de una cama en planta, es una denuncia recurrente por parte de los representantes de las plantillas de esos servicios.

Las Urgencias son espacios finitos, y junto con la entrada de pacientes, el otro gran problema que tienen en toda España, en Galicia y particularmente en A Coruña, es el drenaje. Es decir, el ingreso en las plantas de hospitalización cuando los pacientes han terminado su proceso asistencial en ese servicio. Lo que está ocurriendo es que las plantas de hospitalización no asumen los ingresos generados por Urgencias. Y lo que deciden algunos directivos es dejar a esos pacientes en las instalaciones de esos servicios hasta que se les dé la cama. No tiene ni pies ni cabeza. Que esos enfermos pendientes de ingresar en planta ocupen un box en Urgencias genera un problema brutal, porque ese espacio está destinado a atender a los pacientes que continúan entrando. Y dejarlos en un pasillo es un insulto. No lo digo yo. Lo dice un informe del Defensor del Pueblo, de 2015, titulado Derechos y garantías de los pacientes. Tener a un paciente tres días en un pasillo de Urgencias es un atentado contra su dignidad.

¿Qué soluciones proponen, a corto plazo?

Solventar a corto plazo lo que ocurre en Atención Primaria es complicado, porque requiere profesionales, y si no los hay, resulta complejo. Sí se podrían adoptar algunas medidas, todos debemos arrimar el hombro y es probable que los médicos de familia, con plaza fija en propiedad en horario de mañana y tarde, tengan que hacer alguna guardia en los Puntos de Atención Continuada (PAC). Pero la situación es realmente mala, y la única fórmula para resolver este problema es que tengamos profesionales específicamente formados para eso. Y esto no va a ocurrir ni en tres ni en seis meses. Quizás en un año pueda empezar a hacerlo, pero es muy, muy complicado. Y si además se cierran PAC, como ocurrió este pasado fin de semana en el área sanitaria de Pontevedra-O Salnés, se carga más, de nuevo, a las Urgencias.

Tras dos años y medio de pandemia de SARS-CoV-2, en que los servicios de Urgencias han estado al pie del cañón, y ante la actual tesitura, ¿cómo están los ánimos de las plantillas?

Regular, tirando a mal. Los profesionales están muy cansados porque son muchas horas, en muchos servicios de Urgencias, en verano, no se da ni un día de libre disposición ni se puede coger un mes de vacaciones completo ni de broma... Venimos de dos años en los que hemos estado al cien por cien, a tope, y se lleva mal. A esto se añade, además, que los servicios de Urgencias, con profesionales cansados, no tienen un relevo al que puedan formar y que pueda ayudarles en ese trabajo del día a día, porque no hay especialidad. No sé cómo van a remontar las plantillas esta situación. Es como un túnel sin fin.

En este contexto, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a los políticos?

Les diría que urge articular un pacto global para garantizar que nuestra sanidad sea sostenible. Y desde la perspectiva de los servicios de Urgencias, ese pacto pasa, indiscutiblemente, por la puesta en marcha de la especialidad de Urgencias y Emergencias. Esto es planificar los recursos a medio plazo y pensar en el futuro.

¿Y a los ciudadanos?

Los ciudadanos han confiado en nosotros durante toda la pandemia, y les diría que lo sigan haciendo. A veces cometemos errores, el sistema está muy sobrecargado y les pediría que tengan paciencia. Esperamos que nuestros responsables, tarde o temprano, den una solución a lo que creemos que es un pilar de nuestra forma de entender la vida, la sanidad pública.

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